3.- La sombra de la duda

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Whis durante todo su trayecto hacia la empresa se sintió vacío y ausente mientras conducía su auto. El asiento del copiloto, donde Merus solía sentarse, ahora estaba vacío y parecía gritar su ausencia. Whis no podía evitar mirar hacia ese lado, esperando ver la sonrisa de Merus o escuchar su voz, pero solo encontraba silencio.

La pista parecía estirarse interminablemente ante él, y Whis se sintió como si estuviera conduciendo en un sueño. Todo parecía irreal, como si estuviera viviendo en una pesadilla de la que no podía despertar. Hace unos días, había visto y compartido varios momentos con Merus. Habían reído y hablado, habían compartido secretos y sueños. Ahora, la noticia de ayer de que su hermano menor había muerto parecía como un golpe brutal que había roto el sueño y lo había devuelto a la cruda realidad.

Whis se sintió como si estuviera conduciendo en un vacío, sin rumbo ni propósito. La ausencia de Merus era como un agujero negro que absorbía toda la luz y la energía a su alrededor. No podía creer que su hermano ya no estuviera, que no pudiera ver su sonrisa ni escuchar su risa. La Pista se estrechaba y se ensanchaba, como un pulso que latía en su pecho. Whis se sintió como si estuviera atrapado en un bucle del que no podía salir, como si estuviera condenado a conducir por esta carretera interminable para siempre. Estaba también el recuerdo de la noche anterior, cuando alguien llamó el nombre de Merus en el jardín, seguía resonando en su mente. Whis no podía entender quién podría haber sido, o si realmente paso o fue ilusión suya.

Whis se dio cuenta que ya estaba por llegar a la empresa, se obligó a sí mismo a calmarse. Sabía que debía ser fuerte, no solo por él mismo, sino por su familia y la empresa. Así que tomó una profunda respiración, se enderezó y salió del auto, listo para seguir de pié pese a que su ánimo no se encontraba en buenas condiciones.

Ni bien puso un pie en vestíbulo de la empresa fue recibido con una cálida bienvenida por los empleados y ejecutivos. Entre ella Bulma, la heredera de la corporación de su padre, se acercó a él con una expresión de condolencia en su rostro. Y Whis supo que le iba a decir.

—Lo siento mucho por la pérdida de tu hermano Merus —dijo Bulma llegando hasta él extendiendo su mano para estrechar la de Whis —Mi más sincera condolencia.

Whis asintió, agradeciendo la compasión de Bulma.

—Gracias, Bulma. Aún no puedo creer que se haya ido.

Bulma asintió comprensivamente.

—Sé cómo te sientes. La pérdida de un ser querido es siempre difícil de aceptar.

—Merus era más que un hermano para mí. Era mi amigo, mi confidente... Era todo para mí. Era un chico que siempre le gustaba hacer las cosas bien, hacer justicia.

—Whis...No es por entrometerme pero me surgió una curiosidad —diria llamando la atención de Whis —Hay una frase que me mantiene confundida creo que es más o menos así "Silenciado, quedo todo" ¿Tienes idea de lo que puede significar? —preguntó Bulma.

Whis se quedó pensativo por un momento, como si estuviera intentando recordar algo. Luego, negó con la cabeza.

—No, no tengo idea de lo que pueda significar —dijo Whis, con una expresión de confusión —Pero me intriga. ¿Dónde encontraron esa frase?"

Bulma se encogió de hombros.

—Me la mencionó uno de los empleados que estaba en la escena del crimen. Lo hallaron cerca al cuerpo de Merus, incluso me pareció rara, así que pensé en preguntarte a ti. Supuse que tu padre Daishinkan o algún hermano o hermana te lo habían dicho.

Whis negó

—Oh ya veo...tal vez se les olvido comentarte respecto a eso.

Whis se quedó pensativo por un momento, intentando procesar la información. Luego, miró a Bulma con una expresión seria.

—¿Crees que mi padre quería ocultar ese detalle y no me querían decir? O ¿Alguno de mis demás hermanos estuvieron de acuerdo en mantenerlo oculto? —Preguntó Whis, su voz baja y preocupada hizo tensarla un poco.

Bulma se encogió de hombros

—No lo sé, Whis. Puede ser que se les olvidara y no querían preocuparte con este detalle, si alguien sabe algo, es probable que sea él. Tu padre o Korn que ahora esta en su oficina.

Whis asintió

—Bueno, bueno. Dejando de lado este tema ¿Quieres tomar un café conmigo y hablar de otras cosas mientras de gustamos de platillos, yo invitó?

Whis declinó la oferta cortésmente

—Gracias, Bulma, pero creo que debo ir a ver a Korn. Necesito hablar con él sobre algunos asuntos.

—Whis...

—Esperó verte en otra oportunidad querida, y disculpame.

Whis se alejó de Bulma para dirigirse a la oficina de su hermano Korn, dejándola ahí, con una extraña sensación.

Cuando llego a la oficina de su hermano y al pretender tocar la puerta, escuchó una voz gruesa y fría discutiendo con Korn. Whis no podía entender lo que decían, pero parecía ser una conversación tensa. El tono serio de Korn solo lo usaba en situaciones serias y al parecer esta era una de ellas.

Al escuchar pasos, Whis se escondió detrás de una columna y vio al hombre alejarse sospechosamente. Decidió ignorar el incidente y se acercó a la oficina de Korn.

Korn miraba unos papeles cuando Whis entró, y rápidamente los guardó.

—¿Qué haces aquí, Whis? Creí que estarías con padre —preguntó Korn.

—Korn por que no me dijiste y nadie lo hizo de que encontraron un mensaje junto a Merus.

—De donde sacaste eso.

—Eso no importa Korn, dime el por qué

—No hay un porque Whis... —diria Korn —Solo creímos conveniente que no supieras ese pequeño detalle, eso todo.

—Que no creyeron conveniente que me lo dijeran, de que estas hablando Korn. Merus también era mi hermano, tenía ese derecho en saber.

—Whis es suficiente —dijo Korn —Soy tu hermano mayor, ese tono sabes muy bien que no es de mi agrado. Whis se quedo callado. —Si viniste ayudarme, entonces olvida ese tonto mensaje y concentre en lo que realmente importa. Ayudar a que la empresa no caiga y que las demás se aprovechan de ella.

Whis asintió molesto para seguidamente salir de la oficina cerrando la puerta con brusquedad. Korn suspiro cansado sentándose en la silla movible, luego llevo una mano a su rostro dejando ver sus dos ojos amatistas fijos en la puerta.

—Qué estoy haciendo —Se dijo después de haberse quedado con varias filas de papeles sobre la mesa del escritorio y su mirada estaba en los documentos que aquel tipo le había dado y de la cual tuvo un severo reclamo.

Continuará...

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