Los meses habían transcurrido, pero a pesar de todo lo que había pasado en ese tiempo muerto, no podía evitar recordar cuando un chicle se fresa se percibía en el aire, eran fáciles de identificar, notas dulces mezcladas con ácidas y afrutadas, algo inexplicable pero sin duda con demasiado significado en mi vida
Seungmin era más que mi novio; era mi refugio. Desde el día que nos conocimos, no pude evitar quedar encantado con su sonrisa, pese a que a él no le gustaba, yo no podía evitar pensar en lo embriagante que era para mis ojos el verlo reír, sacar un pequeño atisbo de risa, o simplemente una sonrisa condescendiente, sin tantos ánimos, todo eso la hacía lucir mucho más que el resto
Recuerdo cómo sus ojos brillaban con ternura cada vez que me miraba, y cómo su risa era como una melodía que ahuyentaba mis miedos. Pero lo que realmente marcó la diferencia fueron esos pequeños gestos que él tenía para apoyarme.
Los recitales en público eran un verdadero desafío para mí. La ansiedad se apoderaba de mi cuerpo, y el simple hecho de tener que hablar frente a un grupo de personas me hacía sentir como si el mundo se desmoronara a mi alrededor. Sin embargo, Seungmin siempre estaba allí, listo para darme ese empujón extra que necesitaba.
Fue una tarde, antes de una presentación importante que él comenzó esta especie de ritual, me encontraba en un estado de nerviosismo absoluto. Estaba sentado en un rincón del aula, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza y mi mente se llenaba de pensamientos negativos. Fue entonces cuando Seungmin entró en la habitación, con su característico uniforme blanco y una bolsa en la mano.
—¡Chan! —exclamó con esa voz cálida que siempre lograba calmarme, pero que a su vez cambió cuando me vio — ¿Qué pasa?, ¿Sucedió algo malo?
Suspiré y con un timbre de nerviosismo en mi voz, levanté la mirada
— No puedo, Seungmin, es demasiado y yo no soy tan bueno
Mi chico se sentó a mi lado y me abrazó por los hombros, haciendo que yo dejara caer mi cabeza sobre sus piernas mientras él me acariciaba
— No digas eso, Channie
— Es la verdad, Min, no creo poder hacerlo, no sé porque me metí en esto, yo...
— Escucha, mi vida — Pidió tomando mi rostro — Naciste para esto, todos afuera pueden pensar que es solo una canción, pero pusiste todo de ti para que estuviera hoy aquí, eso que vas a salir a hacer, no es más que una parte de ti, y sé que a veces es difícil mostrar lo que somos porque no a todos les agrada, pero estoy seguro de que ellos amarán esto por el esfuerzo y corazón que le pusiste, nadie va a estar más encantado que yo de verte allá afuera brillando y haciendo de las tuyas, en un futuro no muy lejano, vamos a recordar este día como uno de los más hermosos, como el inicio de todo
— ¿Vas a grabarlo para el video de nuestra boda?
Mi castaño soltó una carcajada
— Sí, y también grabaré mi reacción
Solo pude soltar una pequeña risa antes de que él tomara algo de su bolso y me lo extendiera
— Traje algo para ti — Susurró
Miré hacia sus manos y vi cómo sacó un paquete de chicles de fresa. Su expresión era tan genuina, tan llena de amor y preocupación.
— Estos son mis favoritos —dijo mientras me entregaba el paquete—. Una vez estaba tan nervioso por una exposición que me acabé uno de estos
— ¿Puedo hacerlo también?
— No masques tantos, vas a deteriorar tus esmalte dental y te van a sacar caries
— ¿No que los chicles te ayudaban a neutralizar y eliminar el ácido por los alimentos descompuestos
— Solo los que no tienen azúcar, estos son una bomba de azúcar
— ¿No te sirven los pacientes con caries?
— Sí, pero no voy a arriesgar tu salud bucal solo para que vayas a las clínicas, además, ni siquiera dejaste que te hiciera una limpieza
Reí, de cierta forma los dentistas me daban pánico
— Yo antes les tenía miedo a los dentistas
— ¿Ah sí? — Asentí — ¿Y ahora qué?
— Me enamoré de uno — Murmuré — No te imagino cuando estemos casados cuidando de mi boca
— Vete haciendo la idea, porque no voy a soltarte
Carcajeamos al unísono para finalmente salir de ahí y enfrentarme a la realidad, lo iba hacer
Abrí uno de los chicles y lo metí en mi boca, dejando que el sabor dulce inundara mis sentidos. Era como si cada bocado disipara mis temores y me recordara que no estaba solo en esto.
Seungmin me acompañó en todo momento, se sentó hasta el frente y cada canción que cantaba lo hacía para él, su simple presencia era un bálsamo para mi ansiedad.
Mientras cantaba la última canción, recordé cada uno de esos momentos compartidos con él. Las veces en las que me había animado a seguir adelante, incluso cuando yo mismo dudaba de mis capacidades. Cada chicle de fresa compartido era un recordatorio de su devoción inquebrantable.
Después de la presentación, cuando finalmente bajé del escenario sintiéndome aliviado, vi a Seungmin esperando por mí con los brazos abiertos. Lo abracé con fuerza, agradecido por su apoyo constante.
—Lo hiciste increíble —dijo él mientras me acariciaba la espalda—. Estoy tan orgulloso de ti.
En ese momento comprendí lo afortunado que era por tenerlo a mi lado. No solo era un novio maravilloso; era mi mejor amigo y mi mayor apoyo en los momentos difíciles. Cada vez que sentía que el mundo se desmoronaba a mi alrededor, sabía que podía contar con él para ayudarme a reconstruirlo.
Con el tiempo, esos chicles de fresa se convirtieron en nuestro pequeño ritual antes de cualquier evento importante. Siempre llevaba un paquete conmigo, no solo por su sabor dulce, sino porque representaban todo lo que Seungmin significaba para mí: amor incondicional y apoyo constante.
A medida que nuestra relación crecía, también lo hacía nuestra conexión emocional. Aprendí a abrirme más con él sobre mis miedos y ansiedades. Se volvió más fácil compartir mis pensamientos oscuros cuando sabía que él estaba allí para escucharme sin juzgarme.
A día de hoy recordaba su discurso cada vez que de mi boca salía un "Estoy nervioso"
Con ese dulce tono amoroso me decía
— No lo estés, vida, cuando sientas que te sobrepasa y yo no esté, masca chicles de fresa, entonces vas a recordar que estoy ahí, que te aplaudo por todo lo que te sale bien y lo que no, que es bueno equivocarse también y que mi amor va contigo a todas partes en pequeñas porciones de chicle
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For no one | Chanmin
FanfictionUn amor que debería haber durado años... Bang Chan y Seungmin eran más jóvenes cuando se enamoraron y juraron lealtad, sin embargo, la duda sobre su verdadera sexualidad persigue a Bang Chan, quien cegado por las ideas de su padre, decide que Seungm...