For no one | Chanmin

Capítulo IV: De tormentas lluviosas

A partir del comienzo de mi relación con Seungmin, las cosas comenzaron a ir en picada hacia arriba, a veces salíamos a caminar como una terapia en común en donde no había un silencio incómodo y podíamos ser nosotros mismos, en otras ocasiones, saltando de aquí para allá como niños que estaban recién descubriendo el mundo, en algunas ocasiones, portándonos como todos unos adultos en crisis bebiendo vino en la noche con una cena sofisticada que a ambos nos encantaba cocinar, sí, los restaurantes eran buenos, pero cocinar en casa era aún mejor, experimentábamos y a veces sacábamos recetas de redes sociales que para nada nos quedaban iguales.

Sin embargo, mi rutina favorita siempre habían sido las bicicletas en el río Han, todos los sábados en la mañana resultaban ser emocionantes, me levantaba temprano y me movía en bicicleta hacia la casa de los Kim, en donde Seung me recibía con el desayuno listo, una bolsa con algunas cosas necesarias y un lindo atuendo en conjunto que habíamos comprado en un outlet, recorríamos distancias largas, dábamos do vueltas en el río Han y terminábamos echados en las bancas de un parque sentados alimentando a las palomas como una pareja de ancianos después de su retiro.

Aún así, si me preguntaran que fue algo en específico que marcó nuestra relación, diría que las lluvias, ¿Por qué?, bueno, todo lo que nos hacía sentir distintos, siempre tenía que ver con la lluvia, Seung y yo nos conocimos por una tormenta, le pedí que saliéramos en un día de tormenta, cada vez que peleábamos llovía y eso evitaba que me fuera a casa, por lo que terminábamos arreglando nuestras diferencias más rápido y de hecho... habíamos terminado en medio de otra tormenta.

Era típico de nosotros e incluso nos conocían como "Amantes de la lluvia" y nos mofábamos de eso diciendo que en nuestra relación éramos tres, la lluvia, Seungmin y Chan, pero si tuviera que mencionar el momento en que nos dimos cuenta que así era, fue una tarde de octubre, papá me había invitado a cenar a mí y a mi hermano Lucas junto a su nueva familia, porque sí, mis padres estaban separados, pero ese no es el punto, recuerdo que ese día las cosas se pusieron tensas, Lucas y yo llegamos un poco tarde y papá se molestó por ello, su esposa nos sirvió la cena y las pláticas con papá nunca habían sido buenas, esa no sería la excepción.

— ¿Cómo van con la escuela?

— Bien, en realidad siento que he avanzado bastante — Afirmó sonriente mi hermano

— Lo sé — Sonrió por primera vez papá — Su madre me ha dicho que Lucas es todo un genio en las matemáticas

— ¿Qué hay de ti, Chris? — Indagó la esposa de papá

— Bien, me gusta mi carrera, creo que soy bastante competitivo en lo que a eso respecta

— Si yo hubiese estudiado lo que tú, también me habría ido así de bien

— No seas así, Ji-Yoo — Susurró de nuevo la mujer

— No sería así si Christopher me hiciera sentir orgulloso por una sola vez en su vida, ¿No ves?, Eunseo está estudiando finanzas y tiene un promedio impecable, Lucas es un prodigio ¿Y Christopher qué?, estudia soniditos y les hace letra, por Dios

— Pues yo creo que hasta eso tiene su complejidad, si fuera tan fácil como dices, la música mala no existiría

— ¿Y eso cómo le dará de comer?

— Hay muchas formas, pero compararlo con tus otros hijos no lo hará cambiar de opinión

La esposa de papá siempre había sido buena con nosotros, a veces nos cocinaba nuestros platillos favoritos y los fines de semana que nos quedábamos con papá, nos tenía el desayuno hecho y algún snack, ella solo había podido tener un hijo y le complacía pensar que Lucas y yo podríamos acaparar el instinto de madre que quería dar a los demás hijos que nunca pudieron ser, a veces me preguntaba cómo es que una mujer tan maravillosa como ella se había fijado en un ser tan idiota como Bang Ji-Yoo.

— Está bien, yo... iré a casa, tengo algunas cosas que hacer

— Quédate para el postre, Chris

— No, está bien, creo que la presencia de Lucas es suficiente, ¿No es así, papá?

Papá nunca decía nada, pero siempre lo decía todo, y es que a pesar de que fuera un total idiota conmigo, tenía esa necesidad de que me quisiera, de que lo que yo hiciera tuviera validez para él aún si no me sentía del todo feliz.

— Parece que va a llover, ¿Por qué no te quedas un rato más?

— Ya dijo que se irá, déjalo, no es quien para que le insistamos

Suspiré y tomé mis cosas, dejé un beso en la mejilla de la esposa de papá y me despedí de Lucas, ni siquiera traté de acercarme a Ji-Yoo, era en vano cuando no me quería ver.

Esa misma tarde mientras caminaba mojado por la acera de una calle, me percaté de que ni siquiera me detuve a pensar a donde podía ir cuando mis pies ya se dirigían por si solos y fue cuestión de minutos para darme cuenta que apenas había tocado el timbre y mi chico ya estaba esperando por mí, puesto que sabía que días iba con papá.

— ¡Estás escurriendo, Christopher, vas a enfermarte!

— No me digas Christopher, siento que has dejado de amarme cuando me llamas así

—¿Qué?

— Me llamabas así cuando aún no éramos novios, Minnie

Mi chico carcajeó dejando ver su preciosa sonrisa

— Tonto — Susurró — Vamos a que tomes un baño caliente, Channie, hace frío

Y cuando menos lo noté, había tomado un baño, me había colocado ropa recién planchada y bebía una taza de chocolate caliente mientras Seungmin secaba mi cabello con cuidado pasando el peine.

— Te lo habías alisado, ¿No es así?

— ¿Por?

— Luce diferente ahora, pero con rizos te ves más guapo

Reí

— Te amo, Seung

— También te amo, Chris, amo lo espontáneo, inteligente y absurdamente increíble que eres, siempre te he admirado

A veces Seungmin lo hacía, no necesitaba decirle nada para que supiera cuando me sentía insuficiente, era quien jamás me dejaba tocar fondo.

— Tengo hambre, Min

— Bajemos y te prepararé la cena

Había escuchado por ahí que las penas se pasan más rápido en compañía de alguien que amas, pero siempre que iba a su casa, pareciera que jamás había tenido una.