El ansia de poder

9.

Kenton:
Ha perdido la conciencia y la tengo en mis brazos.
En. Mis. Putísimos. Brazos.
No puedo creerlo.
Me dirijo hacia el castillo, y no le quito ni una sola arma. Son suyas, y, como bien dicen las normas de mi Imperio: Quitarle las armas a alguien es como quitarle la personalidad y la seguridad. Las armas son privadas, un hombre sin su espada, no puede ser un caballero. Las armas lo son todo. Aunque los pacifistas digan que las guerras no resuelven nada: las putas guerras me han dado el Imperio Groovethen. Antes solo era Groovethen. Ahora es un putísimo Imperio. Y es mío.
Tengo una habitación la cual tenía reservada para cuando conociera a la "mujer de mi vida". La habitación lleva vacía 23 años. Toda mi vida. No me creo que, e de tanto tiempo, vaya a dormir alguien ahí. Las criadas y los trabajadores me miran raro, normal, no he traído nunca a nadie.

La miro de vez en cuando, para ver si despierta, y obviamente no lo hace.

Mando a hacer un banquete entero, y mando a llamar a un médico, para que así nos aseguremos de que no tiene ningún problema grave.

Cuando llego a la habitación ya han puesto sabanas con un estampado de espadas y dagas. La tumbo en la cama, y me siento en los pies de la cama mientras la observo mejor.

Es preciosa. Y cualquier hombre cuerdo lo vería. Me extraña que no haya venido con su novio, prometido, o marido. Y más que tenga tantas armas a su disposición. No se de donde viene, pero quiero secuestrar a cada mujer de su reino para que aquí haya mujeres así de bonitas.

Tiene un cuerpo perfecto, las piernas son gruesas, y se le marcan los músculos: supongo que de estar tanto tiempo andando sin rumbo.

Su cuello es precioso, y sus manos son pequeñas y finas. La piel de ellas es lisa, y en la muñeca se le marcan las venas.

Los brazos no son como el estandarte de belleza. Son trabajados, y los hombros los tiene hinchados de cargar con la mochila.

No le veo el abdomen ni la cintura por su traje. Aunque estoy seguro de que son preciosos, al igual que ella.

Se le marca un poco el hueso de la nariz, tiene las mejillas rojas, del sobre esfuerzo.

Sus pestañas son largas, y son muy rizadas. Son de color marrón y no se notan a penas, pero son perfectas para ella.

Por ultimo sus labios son rosados y gorditos. El labio inferior el muy gordito mientras que el inferior no lo es tanto.

Esta chica es perfecta tal y como es. Y no lo discuto con nadie, porque si alguien llega a discutírmelo, lo mato. Si ella no lo ha matado antes, claro.

De golpe entra Zscar. Mi primo mayor.

-La hostia! Yo a esta chica la conozco!

-Que dices Zscar? Es imposible. Estaba en medio del....

-En medio del bosque? Si. Ya. Yo la vi emprender su viaje. Ella iba a ir en carruaje, segura y toda esa mierda. Pero yo ataqué el carruaje, maté a sus guardias. A ella no. Ella es poderosa, Kenton. No juegues con ella. Si no la maté es por algo. Algo me dice que ella es superior a nosotros. No juegues con fuego.

-Que si... que quieres, Zscar?

-Nada, ya me iba.

De golpe, despierta la chica.

Saca un arma. Y de golpe estoy contra la cama y con un puñal contra el cuello.

-Quien coño eres y porque me has secuestrado!? -vale, está cabreada

-Escucha, no te he secuestrado. Te vi en el bosque, y como buen hombre te traje a un lugar seguro en el que no hubiera 50 animales acechando para matarte y comerte.

-Ya. Y me lo tengo que creer?

-Si.

-Pues no me lo creo.

-Pues muy bien.

-Agh, gracias por ayudarme. Me retiro.

-No!

-Si.

Dicho esto, se va.