Saint Seiya Shori no Hikari

Tiempo después del infierno

Había ya pasado más de un mes en aquellas montañas, en esos momentos se encontraba preparando sus maletas para irse, no había tenido comunicación con el exterior en todo ese tiempo, así que...no sabía qué esperar.

-Recuerda ir con cuidado Kyara - Le decía mientras metía un último pan en su mochila - Espero recibir noticias tuyas en algún momento -

-Sí señor, no tiene que preocuparse...Muchas gracias señor Farid, por todo, no sabe cuánto me a ayudado con...migo misma - Ella le sonrió, quiso ser afectiva pero lo vio inecesario - Le estoy eternamente agradecida - Se inclinó y después lo volvió a ver con su típica sonrisa viva -

El se rió sin abrir su labios y tocó su cabeza, aquella cabeza se giró y vio abajo.

-Lirio cuida de tu papá y cuando necesites algo no dudes en buscar ayuda en el santuario o pueblo aledaño, si ? A y sigue haciendo esos collares tan lindos - Habló con una sonrisa sincera en su rostro y acariciando su pequeña cara -

-Si Kyara, no te preocupes, lo cuidaré muy bien !

El solo bufo, ellas movían su mano en forma de despedida y finalmente esas dos personas desaparecieron de su vista.

Kyara caminaba de regreso llevando la caja de su armadura que ahora le pertenecía, podía decir orgullosamente que ella era ahora un santo de Athena, Kyara de Pegaso.

Ahora durante su caminata recordaba momentos de su entrenamiento.

Recordó el momento en el que el ex-caballero la aceptó.

Recordó los primeros días, eran duros, pues no solo la ponía a prueba físicamente, también lo hacía mentalmente, influyendo situaciones que la obligaban a mantenerse bajo control y únicamente usando su cosmos divino, aunque hubieron momentos donde debió fusionarse con su cosmos oscuro para así estar preparada y aprovecharlo.

Recordó la sensación de sentir en su cuerpo durante varios minutos siendo recorrido por ambos cosmos, pues las últimas veces había sido privada de su propio cuerpo, esto según palabras del señor Farid iba a ser una ventaja cuando estuviera cerca de algún espectro, pues el cosmos de Hades era vanidoso y buscaría por cualquier motivo volver con este aunque ya no existiera.

También recordó aquel momento donde logró vestir su armadura, pues su cosmos divino aún humano, había aumentado hasta tal nivel impresionantemente abismal que demostró el resplandor y sinceridad con ella que buscaba luchar, pues se negaba rotundamente a aprovecharse de su cosmos oscuro para ganar, la armadura la había vestido, no la sentía tan pesada, le habían explicado que eso mismo era por varias razones, su motivación para pelear, la presencia de la sinceridad y fortaleza, Farid le había comentado que la armadura de pegaso no se dejaba vestir por cualquiera.

-Debes aceptarlo, pues es parte de ti y eso jamás podrás negarlo Kyara, esa es tu realidad desde tu nacimiento - Habló con su voz seria como siempre -

Cuando lo recordó suspiró pesado viendo para un lado y sintiendo aquellos ojos de sí misma viéndola.

-No me importan las circunstancias, jamás voy a usar esa parte tan podrida que llevo dentro - Se dijo y siguió caminando con su armadura ya en la espalda y una vida totalmente distinta -

Después de casi dos días de caminata se encontró en el santuario...Pero, un santuario que no podía reconocer de la tan baja moral, sentimientos de desespero y tristeza, nerviosismo entre los pocos caballeros que habían ahí y desolación por el constante acecho de la muerte a manos de la diosa viuda.

-Señor Kiki ? - Preguntó entrando al primer templo, pero al no recibir respuesta siguió caminando hasta la entrada del templo del toro dorado - Que está pasando...Oh señor Alek buenos días - Saludó con una sonrisa nerviosa cordialmente -