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Rubén vio a su novio acercarse, acompañado de un chico alto de pelo rojo, que inmediatamente captó la atención de todos en el lugar. Al llegar a la mesa, Vegeta presentó a su amigo.

Vegeta: —Hola, tú debes ser Mangel. Mi osito ya me ha hablado mucho de ti— dijo con una sonrisa confiada.

Mangel (algo sorprendido pero intrigado): —Gracias... ¿Y tú quién eres?—

Lolito (con una sonrisa coqueta, inclinándose levemente): —Yo soy Lolito.— Su tono era elegante, pero sin perder un toque de diversión.

Rubén, viendo que la situación fluía, intervino rápidamente.

Rubén: —Bueno, siéntense— dijo, dejando espacio para que Lolito ocupara el asiento frente a Mangel.

La conversación fluyó de manera algo torpe al principio, pero justo en ese momento, llegó la mesera, hablando con una amabilidad exagerada tanto con Vegeta como con el pelirrojo, lo que empezó a molestar a Rubén y a Mangel. La mesera no disimulaba el interés por los dos alfas, dirigiéndoles miradas y sonrisas que claramente incomodaban a sus acompañantes.

Vegeta, al notar la incomodidad en su omega, decidió tomar cartas en el asunto. Con una sonrisa tranquila, deslizó su mano para tomar la de Rubén bajo la mesa, entrelazando sus dedos con los de él, y luego habló, mirando a la mesera.

Vegeta: —Y para mi novio, tráeme una pasta de champiñones, por favor.— Su tono fue firme, pero tranquilo, como si no hubiera nada más que aclarar.

Rubén, satisfecho con el gesto, le devolvió una sonrisa a Vegeta antes de mirar a la camarera, dejando en claro con esa mirada: "Es mío."

La mesera, un poco nerviosa, asintió y rápidamente tomó nota, dándose cuenta de que estaba jugando en terreno equivocado. Pero antes de que pudiera terminar de mostrar algún interés por Lolito, Mangel, quien había estado observando con una expresión de pocos amigos, se adelantó, mostrándole una mirada fría.

Mangel: —Ni lo intentes, este va a ser mío.— Su tono era serio, y aunque el mensaje parecía indirecto, la camarera lo entendió perfectamente.

Lolito, que había estado observando la interacción en silencio, sonrió ampliamente, visiblemente encantado por la actitud de Mangel, mientras la camarera finalmente se retiraba, claramente derrotada. Vegeta y Rubén intercambiaron miradas divertidas, sabiendo que la situación se había resuelto a su favor, y que esa noche prometía ser mucho más interesante de lo esperado.

No habían pasado ni 30 minutos cuando los platillos llegaron a la mesa, y la conversación comenzó a fluir con más naturalidad. Mangel fue el primero en romper el hielo.

Mangel: —Y bueno, Lolito, ¿dónde conoces a Samuel?—

Lolito: —Trabajo con él. Los dos estamos en el mismo proyecto.—

Mangel (curioso): —Entonces, ¿también estudias negocios o estás en la parte financiera?—

Lolito (riendo suavemente): —No, yo estoy en la parte de química, en los experimentos y en el proceso del proyecto.—

Mangel (impresionado): —Oooh, entonces eres un investigador en la empresa DeLuque.—

Lolito (asintiendo): —Sí, de hecho, trabajo con el papá de Rubén. Te reconocí cuando te vi, eres famoso, siempre te presume tu padre.—

Rubén, que había estado disfrutando su comida en silencio, no pudo evitar sonrojarse al escuchar la última parte sobre su padre.

Lolito: —Y tú, ¿qué haces?— preguntó, dirigiendo su atención a Mangel para desviar un poco el tema.

Mangel (sonriendo con timidez): —Yo sigo estudiando. Estoy en la parte de negocios internacionales. Quizá un día te ayude en un proyecto.—

Esa última frase sonó más como un coqueteo directo que como un comentario casual.Ruben levantó una ceja, notando el tono y la forma en que Lolito respondía, pero dejó que la conversación continuara sin interrumpir.

La cena prosiguió de manera tranquila, entre risas y algunas bromas ligeras, hasta que finalmente terminaron de comer. Mientras recogían las cosas, Lolito se inclinó ligeramente hacia Mangel, preguntando con voz suave.

Lolito: —¿Te acompaño a tu casa?—

Mangel (encogiéndose de hombros, sonriendo ligeramente): —Claro, ¿por qué no?—

Se levantó de la mesa, despidiéndose de Rubén y Vegeta.

Mangel: —Gracias, adiós, Rubén, luego te veo.—

Rubén (riendo y guiñándole un ojo): —Sí, me cuentas luego.—

Mangel le devolvió el guiño con una leve sonrisa antes de seguir a Lolito hacia la salida, sabiendo que la noche aún tenía mucho por ofrecer. Rubén se giró hacia Vegeta, soltando una carcajada mientras lo tomaba del brazo.

Rubén: —Antes de que su amigo lo golpee por tan directo que fue.—

Vegeta (con una sonrisa): —Ya veremos cómo acaba eso...—

Ambos rieron, sabiendo que la cita doble había sido todo un éxito y que Mangel y Lolito parecían tener una conexión inesperada.

mi tontito (rubegeta)(omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora