mi tontito (rubegeta)(omegaverse)

mangelito

Mangel y Lolito caminaban por las calles en dirección al departamento de Mangel, el aire fresco de la noche los envolvía mientras continuaban conversando de manera relajada. La química entre ambos era palpable, y la charla fluía con naturalidad.

Mangel (curioso): —Bueno, ¿y por qué te gusta ser investigador?—

Lolito (sonriendo con un toque travieso): —Es muy divertido. Supe que quería ser científico cuando descubrí la clase de química.—

Mangel (bromeando): —Oooh, entonces, ¿eres un científico loco?—

Lolito (riendo): —No te lo podría negar. Me enamoré de la química cuando cometí un error al mezclar unas sustancias y exploté el laboratorio.—

Mangel soltó una carcajada ante la confesión.

Mangel: —Vaya, eso suena bastante... explosivo.—

Lolito (sonriendo de lado): —Literalmente. Fue entonces cuando supe que la ciencia era lo mío. Desde ese día, las explosiones y yo hemos sido inseparables.—

Mangel (coqueteando suavemente): —Bueno, Lolo, me gustaría ver alguna vez una de tus explosiones. —

Lolito (guiñándole un ojo, con una sonrisa traviesa): —Cuando quieras, mi niña. Te prometo que será espectacular.—

Mangel (con una risa suave): —Niña, ¿eh? Ya veo cómo va esto...—

Lolito: —Lo que pasa es que tienes algo especial, y bueno, no me culpes por usar apodos. Pero si te molesta, lo dejo...—

Mangel (sonriendo): —No me molestes para nada. De hecho, me gusta.—

Los dos se miraron un momento, compartiendo una conexión silenciosa. El ambiente estaba cargado de una energía divertida y relajada, pero con un toque de tensión cómplice. Mangel, sintiéndose cada vez más cómodo, no pudo evitar sentirse intrigado por la personalidad excéntrica de Lolito.

Lolito (mirando a Mangel de reojo): —Tú también tienes algo interesante. Quizás podríamos hacer algo juntos algún día, además de explosiones.—

Mangel (sonriendo): —Ah sí? ¿Qué tienes en mente, científico loco?—

Lolito (riendo): —Ya lo verás, pero te aseguro que será algo explosivo.—

Ambos se rieron, continuando su camino.