Sacerdotisa del sol (Hao x Lector)

La esposa Asakura

-Es un historicamente incorrecto pero si entrecierras los ojos no lo notas.
-recomiendo esta playlist:

Promise de Laufey
One upon a dream
Enamorado tuyo
My way of life
Gotas de fuego
Me and my husband
skyfall
Ojos asi
si tu me quisieras
Don't speak
The moon will sing
Something about us
Die With a smile

- Hao puede estar un poco fuera de personaje, lo siento por eso el se escribió solo haha

La esposa Asakura

Fue un encuentro raro desde el comienzo, incómodo quizás, pero de mucha importancia para el futuro.

En aquel tiempo su lugar era el templo del sol, su hogar donde se conmemoraban la existencia y conexión de los dioses con los humanos terrenales, un lugar donde todos los espíritus se reunían para obtener conexión con algún shaman.

Su hogar estaba en la punta del templo, donde el sol reflejaba su poder y la energía de los dioses era profunda, su puesto era el de un shaman, bueno en realidad ella era la única sacerdotisa en funcionamiento en aquel tiempo, desdé joven supo que los dioses tenían un vínculo con ella entonces el templo lo vio como un regalo para el éxito entre seres terrenales y seres espirituales.

Desde joven se le formó y asignó ese puesto, la sacerdotisa del sol.

Un apodo un poco intimidante, pero no solo se debía a su lugar de origen sino más bien por su peculiaridad de ampliar el poder chamanico de todo individuo cercano sin tener que dañarlos de muerte como el sol que alimenta a los seres vivos.

Una habilidad impensable otorgado a un ser vivo por el mismo gran espíritu desde su nacimiento, rumores sobre su existencia se extendieron desde el occidente al oriente, todos buscando aquella curiosa bendición.

El tiempo que tenías lo pasabas recitando revelaciones de dioses del templo, muchos de ellos demasiado importantes como para elegirte como shamana digna de un vínculo espiritual.

No sentías pena al respecto, tú cuerpo siempre estaría ofertado al deseo de los dioses sin quejas, sin propósitos personales más que aprender sobre lo que quisieran mostrarte.

No solías recibir visitas, entonces cuando un sacerdote se acercó a ti nervioso de tu reacción con un hombre claramente extranjero a su espalda que sonreía sin darle importancia a lo que le rodeaba, la sorpresa te llenó.

El suave cosquilleo en tu hombro te hizo notar cómo algo se enroscaba en tus hombros, sabias quien era con rapidez.

-Quetzalcóatl -murmuras ante el dios, la serpiente emplumada creadora del hombre, la lluvia y el aire, observaba al visitante con curiosidad.

Este dios aparecía mucho frente tuyo, siempre analizando el desarrollo de la humanidad mientras se enroscaba alrededor tuyo, de todos los dioses podrías decir con cierta vergüenza que él era tu favorito, siempre atento y honorable con una sabiduría colosal.

-Asakura-susurro en tu oído, le miraste por un segundo analizando cómo se veía, un cabello largo castaño que parecía brillar en rojo, una piel pálida que te recordaba a las alhajas hechas de huesos, ojos finos como gemas de ámbar encapsulado, ante tu revisión el parecía paciente, antes de sentarse cerca de tu lugar sin pena en absoluto.

Era como una llama vibrante, lleno de poder que iluminaba la habitación, te enderezaste frente a él sin saber que decir, sabías que aquel hombre extranjero no conocía su idioma, sin embargo, en aquel silencio la profunda voz de la serpiente a tu alrededor se escuchó, no sabías que decía, pero el hombre pareció saberlo, su voz, aunque incomprensible a sus oídos era juguetona y hasta un poco cantarina a pesar del tono ronco.