Harry seguía flotando en su burbuja de incertidumbre. Cada tanto, su mente divagaba en los escasos fragmentos de recuerdos que lograba reunir, pero no lograba atar cabos de lo que realmente le estaba sucediendo. Sabía que su nombre era Harry, pero más allá de eso, todo estaba borroso. Cada vez que intentaba recordar algo más concreto, le venían imágenes vagas, voces lejanas, como si su vida antes de estar atrapado en esa cápsula de cristal fuera solo un sueño distante.
De pronto, una voz rompió su trance, una voz infantil, diferente a las voces de Athanasia o Talia. Harry movió los ojos para intentar localizarla, y a través del vidrio empañado por el líquido, vio entrar a Talia junto con otras dos figuras. Reconoció a Athanasia, pero también vio a otra chica, la que había visto antes con un mechón de color brillante en su cabello. La nueva presencia era la que más le llamó la atención, una niña más pequeña, con los ojos vendados y un aire de cansancio y resignación, algo que Harry no podía entender del todo, pero que parecía conectar con su propio sentimiento de impotencia.
—¿Debería decir que dejen de secuestrarme? —comentó la niña de cabello claro, que por lo que alcanzaba a oír Harry, se llamaba Alina.
Talia no le dio importancia al comentario. —Alina, ya sabes lo que pienso.
—Sí, sí, lo sé —suspiró la niña, moviendo la cabeza como si ya estuviera acostumbrada a la situación. —Pero papá cada vez se pone más loco cuando desaparezco del colegio.
Harry observaba la interacción con interés. Esta era la primera vez que veía a alguien más joven en este extraño lugar, y no podía evitar sentir curiosidad por ello. La interacción entre Alina y las demás parecía casi cotidiana, como si este tipo de secuestros fueran algo de lo que se hablara con normalidad. Sin embargo, aunque Alina parecía resignada, no había miedo en ella. Todo lo contrario, parecía que lo tomaba con la misma naturalidad que alguien que está acostumbrado a las peculiaridades de su familia.
Harry intentó hacer algún ruido, burbujas de aire saliendo de su boca en protesta. ¿Quién era esa persona? ¿Qué estaban planeando hacer con él? ¿Y por qué no podía recordar nada más allá de su propio nombre?
Necesitaba salir, se sentía atrapado en esa cápsula que parecía cada ves más pequeña a su alrededor.
—¿Prometes no gritar?
Alina suspiró, algo cansada. La venda sobre sus ojos comenzaba a darle picazón, y la incomodidad solo empeoraba con el tiempo. —Depende —respondió con un toque de sarcasmo—, ¿es algo bueno o malo?
—Un poco de ambos —dijo Talia con su tono siempre sereno, pero con esa nota de misterio que la hacía parecer aún más impenetrable.
Alina resopló, intentando controlar su creciente impaciencia. —Si lo dices así... trataré de no gritar —aseguró, aunque sin mucha convicción. El ambiente la hacía sentir rara, y aunque fingía estar bien, en su interior la duda crecía con cada segundo que pasaba. Fingía tranquilidad, pero su mente no dejaba de correr, anticipando lo que estaba por suceder.
—Pero hazlo rápido, por favor —continuó Alina—. Prometí estar para mañana. Babs iba a venir con su hija para que la conociéramos.
Talia alzó una ceja, sin apartar los ojos de la cápsula en el centro de la habitación, donde el bebé descansaba en su líquido suspendido. —Interesante... —murmuró—. Otro pequeño murciélago es padre. ¿Adoptado o biológico?
Alina dejó escapar una risa suave, intentando relajarse ante la situación. —Adoptado, claro. Al parecer, papá ha contagiado eso de la adopción a todos sus hijos —rió en voz baja, sabiendo que en parte era cierto—. Dick también adoptó a un bebé hace poco, y luego está Tyler, el hijo adoptivo de Jayjay.
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Return to life, in another body
FanfictionHarry murió a manos de Voldemort, pensó que finalmente volvería a ver a sus padres. Entonces ¿quién era aquella mujer que le habla atraves de un cristal? Harry renace como un clon, con ADN de Damian Wayne y Jonathan Kent. Talia espera que con esto...