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Bien, no se si esta bien ésto.
Lo hice con sueño, iba a meter a Dick o Babs por tener ya a los bebés.
Pero lo descarte, quería a un Damian en pánico un poco y Alina siendo su apoyo en ese entonces.

Me gusta verlos interactuar, también aunque no tenga nada canon de ella y sus datos, me hago la imaginación de que ella sabe cuidar de bebés y darles sus pocos consejos a Damian.

En el próximo capítulo, veremos a Respawn y su reacción de ver a Harry.

Mapache fuera.
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Damian no había soltado a Harry en ningún momento durante el trayecto de regreso a casa. Se mantenía tan apegado al bebé como el pequeño lo estaba a él, como si ambos se aferraran al único fragmento de certeza en medio del caos.

Cada movimiento que hacía, por muy cuidadoso que fuera, estaba cargado de un miedo subyacente, un miedo que se asentaba profundamente en su pecho y no lo dejaba respirar con comodidad.

Mientras observaba el rostro inocente de Harry, sus pensamientos comenzaron a oscurecerse y el miedo surgía.

¿Qué iba a hacer ahora? ¿Realmente sería capaz de ser un buen padre? Era joven, demasiado joven, y su propia infancia había sido cualquier cosa menos normal. Crecer en la Liga de Asesinos significaba que su idea de lo que era “una buena crianza” estaba distorsionada.

Su infancia consistía en sobrevivir, y el matar se le había enseñado como un acto de supervivencia básica, algo que había moldeado sus primeros años de vida. Apretó las mantas que envolvían al bebé, asegurándose de no lastimarlo, pero la presión era palpable en sus propios músculos.

No sabía nada sobre cómo cuidar a un bebé. Sí, había tenido sobrinos, los había visto desde sus nacimientos, pero nunca había sido quien los cuidara realmente.

Cuando Dick pasaba tiempo con sus hijos, siempre irradiaba esa calidez y afecto que a Damian le resultaba tan extraño, casi incómodo. (Pero grato, Dick es como su figura paterna pero seguía siendo incómodo)

Ver a su hermano mayor ser tan natural como padre lo hacía sentir… fuera de lugar.

Por dentro, siempre había deseado tener una relación similar, una donde el amor fluyera libremente, donde los abrazos y las palabras de aliento fueran una constante.

Pero tal vez, su deseo no fue lo suficientemente claro, porque ahora le habían enviado a este bello niño, este ser indefenso que dependía completamente de él. Y aunque lo adoraba ya, aunque lo sentía parte de sí mismo, no podía evitar preguntarse si sería capaz de darle lo que él mismo siempre quiso: un padre que lo cuidara, lo protegiera y lo amara incondicionalmente.

Tenía a su padre, pero su relación iba evolucionado de forma lenta y eso estaba bien, pero no quería que así creciera su hijo.

“Voy a ser el mejor padre que siempre quise tener”, pensó Damian mientras miraba a Harry, prometiéndose internamente que no fallaría.

Pero una punzada de duda atravesó su mente otra vez. ¿Podría realmente hacerlo? ¿Podría ser lo suficientemente bueno para él?

No supo cuándo llegaron a la mansión, pero cuando levantó la mirada, estaban frente a la imponente entrada de la mansión Wayne.

La mansión, que tantas veces había sido su refugio y su prisión, se alzaba como una gigante silenciosa ante él. Sentía que el peso de su futuro, y el de Harry, se hacía más grande con cada segundo que pasaba ahí, sin entrar.

El aire parecía espeso, difícil de inhalar, como si la incertidumbre lo estuviera sofocando.

El miedo lo consumía cada vez más. ¿Qué iba a decirle a su padre? Bruce era justo, pero también exigente, y Damian temía que pudiera arrebatarle a Harry, creyendo que no estaba listo para ser padre. Ese pensamiento lo aterrorizaba más que cualquier batalla.
No, no podía quitarle a su hijo y si lo hacía, no dudaría en atacarle.

Return to life, in another bodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora