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ʙᴜʀɴɪɴɢ ꜰʟᴀᴍᴇ
ꜱᴄᴀʀᴀᴍᴏᴜᴄʜᴇ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ

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La primera noche en la casa de Scaramouche transcurrió en una tensa calma. Ambos se dieron la espalda, cada uno inmerso en sus propios pensamientos. La distancia física no hacía más que acentuar la distancia emocional entre ustedes, aunque algo en el aire estaba a punto de cambiar. El silencio era tan denso que casi podía sentirse como una presencia en la habitación.

La mañana siguiente llegó con el mismo aire cargado. A las 7 a.m., te despertaste antes que Scaramouche, y te apresuraste a prepararte para el día. La idea de compartir la mañana con él no era nada atractiva. Decidiste dar un paseo por la casa para despejarte un poco antes de enfrentarte a él.

Te dirigiste a la cocina para preparar algo de desayuno, encontrándote con un espacio completamente ajeno. La cocina estaba equipada con todos los utensilios necesarios, pero te encontraste buscando algo de inspiración para preparar algo comestible que no fuera instantáneo. Mientras te movías por la cocina, intentaste hacer ruido lo menos posible, no deseando despertarlo.

Finalmente, optaste por preparar algo simple: huevos revueltos con bacon. Mientras cocinabas, escuchaste pasos en la escalera. Scaramouche bajó con un aire de somnolencia y cansancio, y al verte, se detuvo en seco. Su expresión estaba entre el enojo y la sorpresa. Parecía que la idea de encontrarse contigo en la cocina no era parte de sus planes para el día, al menos no a estas horas.

—¿Qué haces aquí? —inquirió, su tono tan cortante como siempre. —Preparando desayuno. No sé si te interese, pero hay café y algo para comer —respondiste, tratando de mantener la calma mientras colocabas los platos en la mesa.

Scaramouche frunció el ceño pero no dijo nada. Se dirigió al refrigerador, sacó una botella de agua y se sentó en la mesa, observándote con una mezcla de desconfianza y curiosidad, aún manteniendo el ceño fruncido entre una combinación de desagrado pero también de calma. A pesar de su actitud, su mirada se detuvo en la comida con un toque de hambre evidente.

Decidiste no insistir. Sirviéndote tu desayuno, tomaste asiento en la silla opuesta. Los minutos pasaron en silencio, el único sonido era el de los utensilios y el murmullo de los videos de TikTok en tu teléfono que estabas viendo de fondo.

—No pensaba que sabías cocinar, pensé que sólo te alimentabas a base de comida rápida. —dijo finalmente, con un tono y un gesto de desprecio que no podía ocultar la sorpresa.—Sorpréndete. No todo en mi vida está relacionado con el odio hacia ti. No eres el centro del mundo, ¿sabes? —contestaste con una ligera sonrisa irónica.

Scaramouche te miró con cierto rechazo. Finalmente, se encogió de hombros y respondió de forma seca, ignorando completamente lo que dijiste.

—Voy a salir a hacer algunas cosas. No me importa si necesitas algo, no estoy aquí para hacerte compañía. —soltó Scaramouche, a lo que sólo rodaste los ojos. ¿Acaso hacía esto para molestar?

Te quedaste en la cocina mientras él se vestía y salía de la casa, dejándote sola con tus pensamientos. Aprovechaste el tiempo para explorar un poco la casa y familiarizarte con el entorno. Encontraste una pequeña sala de estar con una biblioteca repleta de libros, que decidiste explorar más tarde.

A medida que el día avanzaba, decidiste ocuparte en algo productivo. En lugar de quedarte sola en la casa, decidiste salir a hacer algunas compras para ti. Esto te permitió alejarte del ambiente tenso y, al mismo tiempo, encontrarte con algunas tiendas y cafeterías locales.

Cuando regresaste a la casa por la tarde, te encontraste con una nota de Ei en la cocina. Decía que ella regresaría tarde y que Scaramouche estaría en casa alrededor de las 7 p.m. Te alegraste de saber que pasarías el resto del día sin su presencia constante.

Te dirigiste a la habitación que compartías con él para organizar tus cosas y preparar el espacio de alguna manera más cómoda para ti. Mientras estabas en medio de esta tarea, escuchaste el sonido de la puerta principal abriéndose. Scaramouche había llegado.

Decidiste no enfrentarlo directamente. En lugar de eso, saliste de la habitación y te dirigiste a la sala de estar, esperando que la tensión entre ustedes se disipara un poco con el tiempo.

Scaramouche entró en la sala, y al verte en el sofá, parecía sorprendido. La tensión se había relajado un poco, aunque el ambiente seguía cargado.

—¿Ya regresaste? —preguntó, intentando sonar indiferente. —Sí. Solo estaba ocupada. —respondiste, intentando sonar casual.

Scaramouche se acercó y tomó un libro de la estantería, buscando algo para distraerse. A pesar de su actitud reservada, te diste cuenta de que había algo en sus ojos, algo que no podías descifrar fácilmente.

La noche se acercaba y Ei no había regresado aún. Te encontraste con Scaramouche en la sala, ambos intentando evitar el contacto directo, pero en el fondo, ambos sabiendo que la convivencia era inevitable.

El tiempo que pasaron juntos esa noche no fue particularmente amistoso, pero era un primer paso hacia algo diferente. Las tensiones seguían presentes, pero el primer día había mostrado que, quizás, había algo más en esto que lo que ambos querían admitir.


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ʙᴜʀɴɪɴɢ ꜰʟᴀᴍᴇ
ꜱᴄᴀʀᴀᴍᴏᴜᴄʜᴇ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ

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Espero que les haya gustado este capítulo, estoy intentando retomar la historia de a poquito, por eso algunos capítulos van a ser más cortos. ♥

-poetryvoid

𝐁𝐔𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄┃Scaramouche x Lectora┃Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora