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ɪʟʟᴜꜱᴛʀᴀᴛɪᴏɴ ᴄʀᴇᴅɪᴛ: ʟᴠᴄᴋʏꜱʜ
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Scaramouche y tú nunca se cayeron bien, pero sus madres eran grandes amigas. Aún incluso durante la escuela, parecían perro y gato peleándose todos los días, yendo y viniendo de múltiples citas con el director de la escuela por sus problemas al relacionarse. Luego de terminar la escuela, sólo solían verse cuando sus madres decidían juntarse a tomar café y charlar.
Tu madre tuvo que irse de viaje de negocios, teniendo que dejarte sola por unos meses, pero ella no quería eso, así que decidió que te quedarías en casa de Scaramouche con él y su madre.
Tu madre hizo que prepares tu valija con tus cosas, así hoy a la tarde ya estarías llegando a la casa de tu casi-enemigo. Ella misma compró un pasaje para ti al mismísimo infierno. Por mucho que te quejaras o reproches, ella no cambiaría de opinión. ¿Por qué aún ya siendo una joven adulta tenía que dejarte con alguien a cargo? Qué fastidio.
Subiste al auto de tu madre aún quejándote, sin entender el por qué de su "gran" decisión.
—¿Por qué tengo que quedarme con ese enano estúpido? Ya soy grande mamá— te quejaste desde el asiento trasero del auto, mientras tu madre ponía las llaves para arrancar.
—Confío en que Ei va a cuidar bien de tí mientras no estoy. Es peligroso dejarte en casa sola, la última vez casi prendes fuego la cocina. —soltó tu madre en un intento de hacer un chiste.
—¿Qué? Eso es mentira —dijiste rodando los ojos, a lo que tu madre sólo soltó una carcajada. Ésto no iba a ser nada fácil... ¿convivir con un estúpido que sólo se enfocaba en hacerte la vida miserable? Qué forma de pasar las vacaciones.
Tú y Scaramouche vivían algo lejos entre sí. Mientras más iban acercándose a destino, más iba aumentando tu malhumor y tu ansiedad, tus manos comenzaban a temblar ligeramente de forma involuntaria. Él vivía con su madre, tenían una casa relativamente grande de 2 pisos. Ya habías estado unas veces antes allí, pero nunca fuiste al piso de arriba, sólo te dedicabas a esperar que las largas charlas entre tu madre y Ei terminaran, sentada en la cocina. Nunca interactuabas con Scaramouche las veces que ibas a su casa realmente, si en algún momento se cruzaban, él sólo solía poner cara de disgusto e irse, como siempre.
