𝐁𝐔𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄┃Scaramouche x Lectora┃Genshin Impact

14.

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ʙᴜʀɴɪɴɢ ꜰʟᴀᴍᴇ
ꜱᴄᴀʀᴀᴍᴏᴜᴄʜᴇ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ

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La noche se deslizaba lentamente, y el ambiente que antes había sido festivo ahora se sentía cargado de una nueva energía, un electrizante silencio entre Scaramouche y tú. Mientras los murmullos de los amigos seguían en el fondo, cada uno de ustedes estaba atrapado en un mar de pensamientos. La promesa de la conversación que había comenzado aún flotaba en el aire, aunque el momento de verdad parecía estar a la vuelta de la esquina.

Con un suspiro, decidiste dar un paso al frente, sintiendo que la vulnerabilidad que había estado escondiendo comenzaba a aflorar. —¿Y si esta es nuestra oportunidad? —pensaste mientras te enfrentabas a la realidad de tus emociones. Scaramouche te observaba, su mirada intensa como si intentara desentrañar el laberinto de tu corazón.

Mientras el ambiente festivo de sus amigos en común continuaba en la cocina, mientras disfrutaban de una pizza junto al sonido de la música, ustedes se encontraban más apartados del resto.

—Yo... —comenzaste, pero él te interrumpió de nuevo, esta vez con un tono de urgencia en su voz.

—No, espera. Quiero decirte algo más antes de que sigas —se acercó un poco más, el calor de su presencia te envolvía— Pasé estos días pensando en lo que realmente quiero, y necesito que lo sepas. No quiero perderte.

Sentiste que el aire se le escapaba de los pulmones. Sus palabras resonaban con un eco de esperanza, pero al mismo tiempo, el temor a lo desconocido se manifestaba en tu mente. ¿Estabas lista para abrirte de nuevo? Las dudas comenzaban a agolparse, pero había algo en su mirada que te hacía querer arriesgarlo todo, aunque la duda dentro tuyo no se iba tan fácilmente.

El ruido de una risa distante rompió la burbuja que los envolvía, y por un instante, el mundo exterior pareció volver a cobrar vida. Pero en tu corazón sabías que la conexión que compartían era única y que debías decidir si te atreverías a explorarla. 

Llegaste al punto de realizar que lo que sentías por Scaramouche no era simple atracción, era más profundo, más feroz, como una chispa que había crecido en tu interior. Era un calor persistente, una fuerza incontrolable que se había apoderado de ti desde que lo conociste. Esa llama, intensa y viva, parecía consumir cada pensamiento y emoción, creciendo con cada palabra no dicha, con cada mirada compartida.

—Tal vez deberíamos hablar a solas —sugirió Scaramouche, con una chispa de determinación. Sus ojos brillaban con una mezcla de inseguridad y deseo, y te diste cuenta de que ambos estaban en la misma sintonía.

Asentiste, y juntos se alejaron del bullicio del grupo, dirigiéndose hacia un rincón de la sala, junto a las escaleras, en la oscuridad de la casa. Las luces coloridas que sus amigos habían puesto iluminaban su espacio, y cada paso que daban parecía acercarlos más a la verdad que ambos habían estado evitando.

Una vez alejados, se detuvieron, y la atmósfera se cargó de expectación. —¿Ahora qué? —preguntaste, sintiendo que el momento estaba a punto de desbordarse.

—Quiero que me digas qué sientes —respondió Scaramouche, su voz era un susurro casi inaudible, pero lleno de sinceridad —Ya no sé si puedo seguir aparentando alguien que no soy.

El silencio que siguió fue pesado, pero en ese instante, supiste que las palabras que ibas a pronunciar podrían cambiarlo todo.

El peso de su confesión se coló entre ustedes, como si finalmente estuviera bajando la guardia. Scaramouche había construido un muro tan alto alrededor de sí mismo, que escucharlo admitir esa lucha interna desarmó todas tus defensas. Había algo devastador en su vulnerabilidad, en la forma en que sus ojos violáceos, normalmente fríos y calculadores, parecían estar buscando alguna señal de redención en los tuyos.