2 de Agosto
Otro día había pasado y la casa se encontraba en silencio a pesar de que el sol iluminaba plenamente el hogar. El timbre se hizo resonar en la casa hasta llegar a los oídos de Jeongin que aún dormía. El invitado que había tocado el timbre revisó sus notificaciones chequeando si Jeongin le había enviado mensaje avisando que saldría, pero no había rastro de aquél en ninguna de sus redes sociales, por lo que decidió tocar el timbre de nuevo con el fin de asegurarse de que se había escuchado su llamado.
Ante el segundo llamado del timbre, Jeongin abrió sus ojos algo molesto y miró el reloj que se encontraba en su mesa de luz, las agujas marcaban las cuatro de la tarde. Se había quedado dormido hasta tarde, algo que no resultaba inusual, pero sentía que estaba olvidando algo.
—¿Jeongin? —se oyó la voz de su amigo en la puerta principal, lo que fue suficiente para que saltara de la cama, casi cayendo de esta misma, para cambiarse y atender lo más rápido posible.
—¡Ya voy Jisung! —Gritó Jeongin para que se oyera desde abajo mientras se alistaba.
Mientras se peinaba suspiró algo triste, nunca en su vida había dormido tan bien como ese día y era una total lástima no haber podido dormir más. Aún así Jeongin siempre se quejaba cada día que despertaba sin importar cómo y cuánto durmiera. Envió un mensaje avisándole a Jisung que ya bajaba por si no lo había oído y este se quejó pidiéndole que lo dejara entrar para esperarlo, a lo que solamente obtuvo un visto como respuesta.
Para matar el tiempo Jisung comenzó a jugar un juego al azar en su celular pero este no lograba que pudiera mantenerlo entretenido, no entendía por qué Jeongin tardaba más de lo normal, las ideas cruzaban por su mente pero ninguna tenía sentido y solamente optó por tocar el timbre de nuevo.
Recordando el sueño que lo había despertado de su siesta la tarde anterior esperó unos minutos parado frente a la puerta hasta que fue abierta por aquél chico que recordaba con una hermosa sonrisa digna de admirar. Aunque la sonrisa no se encontraba.
— Por todos los santos Jeongin por fin abrís, me estaba prendiendo fuego afuera —Se queja Jisung apuntando el sol demostrando lo fuerte que estaba en ese lapso del día.
Jeongin solamente le pidió disculpas con una tímida sonrisa y le consultó a dónde quería ir a merendar.
— Hace unos días abrieron una nueva cafetería cerca de acá, si querés podemos ir —Comentó Jisung comenzando a caminar para que Jeongin lo siguiera.
Jeongin concordó con visitar la nueva cafetería y comenzaron a caminar ya que el trayecto no parecía ser muy largo. El sol brillaba sobre ambos con plenitud y el ambiente era caluroso, en aquél momento Jisung solamente podía desear llegar al destino y casi que no lograba concentrarse en lo que el menor le contaba, definitivamente odiaba el verano que recién comenzaba.
Mientras Jisung tenía su mente ocupada odiando el verano, Jeongin intentaba crear una charla dinámica comentándole alguna película nueva que vió o preguntándole al otro sobre su vida, no queria pararse a pensar ya que no queria arruinar una tarde tan linda como esa. Ya se encargaría de pensar en él al llegar a casa.
Aunque siempre decía lo mismo.
Tras llegar a la cafetería ambos ordenaron un café helado con una porción de torta, aunque Jeongin luego optó por un tostado. Por suerte la atención era buena, por lo que el pedido llegó rapidamente, animando a Jeongin ya que aún no había comido nada.
Las horas pasaban y el atardecer se podía apreciar desde la ventana del local, pero ninguno de los dos le daba tanta importancia, Jeongin estaba completamente absorto en el relato de Jisung y no quería irse de allí hasta terminar de saber toda la historia.
—¿Es cómo si fuese un don? —Le preguntó Jeongin intentando entender lo que el otro le explicaba.
—Algo parecido, a veces podría considerarse maldición porque uno se entera de las cosas por adelantado, pero también se pueden evitar tragedias —aclaró Jisung—. Aunque la verdad, nunca soñé con el número que iba a salir en la lotería, así que nunca supe qué tanto sirve —bromeó Jisung.
Jeongin rió ante la broma, realmente no sabía hasta donde podría tomar en serio a su amigo, después de todo uno no descubre de un día al otro que hay gente que puede tener sueños premonitorios y evitar situaciones antes de que pasen como si fuese algo tan normal. Aún así, en una parte de Jeongin se encontraba preocupación, si Jisung soñaba con él le arruinaría su plan, y esto no podía ocurrir.
—¿No será solo coincidencia? —comenta Jeongin intentando buscar una lógica.
—Es imposible que sea coincidencia, no es la primera vez que me pasa —contestó el otro descartando la posibilidad que había planteado el menor.
—Pero... a veces hay cosas que están destinadas, es decir, no se pueden cambiar aunque uno quisiera, ¿O si? —Planteó Jeongin.
Jisung reunió sus ideas para saber qué responder y se mantuvo unos segundos así, realmente nunca había pensado en algo como eso llamado destino.
—Mmm, honestamente pienso que solo cosas como la muerte no se pueden evitar, de todas maneras alguien tendría que fallecer al final o tal vez la persona destinada moriría de otra forma o en otro momento próximo... realmente no lo sé —Terminó de responder y Jeongin asintió, ya no tenía dudas del don de su amigo y dirigió su mirada al celular ya que había recibido una notificación.
Era su cuñado invitándolo a su estudio de música para mostrarle algo nuevo y para convencerlo le ofrecía un café o lo que quiera, Jeongin rió ante la propuesta y le respondió aceptando, sabía que Christopher amaba recibirlo ahí porque lo ayudaba aunque no supiera nada de música.
Jisung viendo que ya comenzaba a anochecer decidió pedir la cuenta, no quería andar caminando por el barrio tan de noche. Esta vez ambos sintieron el clima más ligero y disfrutaron más del trayecto charlando y admirando como a lo lejos se podía observar aún el atardecer que no terminaba de oscurecer del todo. Al llegar al destino, Jisung observa su celular y le consulta a Jeongin si tenía algo que hacer al día siguiente.
—Mañana tengo que acompañar a mi mamá a comprar, podés quedarte si no tenes problemas con despertarte bien temprano, sabes cómo es mi mamá —Comentó Jeongin abriendo la puerta de su casa.
—No gracias, me gusta dormir —Agregó Jisung con una sonrisa en su rostro.
Jeongin viendo que ya era de noche le comenta: —Si quieres le puedo decir a Minho que te alcance hasta tu casa, sabes que los martes va a la casa de Felix.
Jisung hizo una mueca, realmente no estaba en sus ideales que lo llevara Minho, le resultaba algo incómodo a pesar de que fuesen amigos y lo viese muy seguido, no le agradaba por completo la idea de tener que verlo con su novio recordándole lo solo que estaba, realmente era incómodo y algo triste. Aún no muy convencido, termina por aceptar y llama a Minho para consultarle si podía alcanzarlo hasta su casa.
Pero, ¿por qué Jeongin mintió de nuevo?
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MEMORIAS - HYUNIN
FanfictionBajo la apariencia de un chico despreocupado, Yang Jeongin esconde una batalla interna que lo consume. Un enemigo invisible ha teñido de gris sus días, brindándole así aislamiento, insomnio y pensamientos obsesivos. ¿Podrá Jeongin encontrar una sali...