Capítulo 2

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Era una noche lluviosa en Los Ángeles, y la estación 118 estaba tranquila, a la espera de la próxima llamada de emergencia. Buck y Eddie estaban en la cocina de la estación, compartiendo una taza de café. Hablaban de sus vidas, del trabajo, y como siempre, Buck hacía lo posible por hacer reír a Eddie, quien lo miraba con esa mezcla de paciencia y diversión que solo él podía mostrar.

"Deberías dejar de hacer bromas antes de que alguien te eche de la estación", dijo Eddie, con una sonrisa en los labios.

"Si me echan, entonces tendrás que encontrar a alguien más para salvarte en el próximo rescate", bromeó Buck, levantando una ceja con aire de desafío.

Eddie lo miró un segundo más de lo necesario antes de responder, algo más serio esta vez. "No sé qué haría sin ti, Buck".

La tensión en el aire era palpable. Desde hacía meses, había una sensación entre ellos que ninguno de los dos había querido abordar de frente. Pero en esos momentos tranquilos, cuando las palabras no eran suficientes para ocultar lo que sentían, ambos sabían que había algo más.

Buck bajó la mirada hacia su taza, intentando no mostrarse demasiado afectado por el comentario de Eddie, pero las palabras resonaban en su mente. Sabía que Eddie significaba mucho para él, más de lo que quizás debería significar para un compañero de trabajo o incluso para un amigo.

"Yo tampoco sabría qué hacer sin ti", admitió Buck, casi en un susurro. No quería hacer que la situación fuera incómoda, pero sentía que había llegado el momento de ser honesto.

Eddie, quien pocas veces se permitía bajar la guardia, dejó escapar un largo suspiro y apoyó la taza sobre la mesa. "Sabes, a veces pienso que he estado evitando muchas cosas. Hay días en los que me pregunto si estoy siendo honesto conmigo mismo, con lo que realmente quiero".

Buck lo miró, sorprendido por la apertura de Eddie. Normalmente era Buck el que hablaba de sus emociones, mientras que Eddie era más reservado, centrado en su hijo y en su vida cotidiana. Pero ahora, la vulnerabilidad en los ojos de Eddie lo hizo sentir que algo importante estaba a punto de cambiar.

"¿Y qué es lo que realmente quieres?", preguntó Buck, su voz más suave de lo habitual.

Eddie mantuvo su mirada fija en Buck, como si estuviera buscando la respuesta en sus propios pensamientos. Después de lo que pareció una eternidad, dijo: "Creo que lo que quiero siempre ha estado aquí, delante de mí".

Las palabras flotaron en el aire entre ellos, cargadas de una sinceridad que no se podía ignorar. Buck sintió su corazón acelerarse, pero esta vez no por el miedo o la adrenalina de una emergencia, sino por lo que esas palabras significaban.

"¿Yo?", preguntó Buck, con una mezcla de incredulidad y esperanza.

Eddie asintió, con una leve sonrisa. "Sí, tú. Todo este tiempo, ha sido tú".

Buck se quedó en silencio por un momento, dejando que esas palabras se asentaran. Había esperado algo como esto durante tanto tiempo, pero nunca pensó que realmente podría suceder. No con Eddie, su mejor amigo, su compañero de batalla en las situaciones más peligrosas, el hombre que siempre estaba ahí para él sin importar qué.

"Entonces... ¿qué hacemos con esto?", preguntó Buck finalmente, con una sonrisa nerviosa.

Eddie dio un paso más cerca, y por primera vez, el espacio entre ellos se sintió pequeño, insignificante. "Creo que lo descubrimos juntos, como siempre hemos hecho", dijo Eddie, con la calma que lo caracterizaba, pero esta vez acompañado de una nueva determinación.

Buck sonrió, sintiendo que un nuevo capítulo en sus vidas acababa de comenzar. Y aunque no sabían exactamente a dónde los llevaría ese camino, lo que sí sabían era que lo recorrerían juntos, como siempre habían hecho.

En ese momento, no importaba la lluvia afuera, ni las emergencias que podrían interrumpir el silencio de la estación. En ese instante, solo estaban ellos dos, finalmente aceptando lo que siempre había estado entre ellos.

[...]

Fotos de un solo disparo de BuddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora