En la habitación de Catra está haciendo calor. Demasiado calor. ¿O es mi impresión? Doy mi espalda de inmediato cuando veo que comienza a desaboracharse el pantalón.
—¿Por qué te volteas?
Ya ha pasado un tiempo y nuestra relación va mejorando, hay más confianza, pero... pero esto ya sobrepasa mis límites.
Tu límite de sonrojo.
—Adora.
Siento que el ratón me ha comido la lengua. Pestañeo rápido y me muerdo los labios. No sé cómo quiere que reaccione.
—¿Por qué te volteas?
—P-por respeto.
No hay respuesta de su parte y empiezo a impacientarme.
¿Será que esa loca se desnudo frente a mí?
—¡AH!
Grito y, con rapidez, me quito los pantalones que han caído sobre mí cabeza.
—¡Pero qué te pasa!
Su risa llega hasta mis oidos y eso sólo me hace achantar más. Estoy segura que tengo hasta las orejas rojas. Me hago bolita en la cama mientras tapo mi cara con la almohada.
—Nuestras madres nos bañaban juntas. ¿Acaso ya no lo recuerdas?
—¡Teníamos cuatro años! —grito, alterada. Sigo sin poder creer lo que acaba de hacer.
—¿Y cuándo íbamos a la playa en las noches y teníamos diez?
—¡No es lo mismo!
—Pff ¿Y cuál es la diferencia?
¿Qué cuál es la diferencia?
El tamaño de sus pechos.
Sus prominentes caderas.
Y ni hablar de las nalgas que ahora se carga.
Soy consciente de cómo se ve con pantalones descaderados y ahora, que me he permitido detallarla más, sé de los hoyuelos de Venus que decoran el final de su espalda. Nunca me había dado cuenta y... no sé.
Amo como se le ven, amo como ella es, pero... me siento extraña. Las cosas no son como antes. Algo ha cambiado.
¿Y qué es ese algo?
—¿Cuál es la diferencia? —repite, medio irritada.
—Eso fue hace muchos años —digo como excusa.
—Pues ya es hora de que vuelvas a agarrar confianza —me pega en el brazo, supongo que con su camiseta. Yo apegó más la almohada a mi cara, no quiero verla en sostén—. ¿También te incomodaré el día en que use traje de baño?
—¡Es diferente!
—Nunca entenderé a la gente que ve la diferencia entre ropa interior y traje de baño. Dios.
Estoy a punto de refutar cuando pego un respingo, y es que, alguien a abierto la puerta de un solo golpe.
—Cuando te dije que te le encueraras, no pensé que lo harías con eso.
Me pongo nerviosa y ni siquiera miro quién nos ha interrumpido. Lo primero que hago es levantarme a toda velocidad y cubrir a Catra con uno de los cubrelechos.
—¡TAPATE!
¿Quién osa a mirar está preciosidad?
Aturdida, ella apega la tela a su cuerpo y yo, con los ojos entrecerrados, al fin dirijo mi atención a la figura que se encuentra en el marco de la puerta.
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#BFF
FanfictionAdora y Catra dejaron de ser amigas desde hace mucho tiempo. ¿Qué pasará cuando el destino las vuelva unir? ¿Qué es lo que puede pasar cuando dos incomprendidas viven bajo un mismo techo?