La respuesta

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God is a woman está retumbando en las bocinas. Hay muchas personas en la pista, pero no lo suficiente como para no poder bailar. Es por eso que Catra está en el centro, con sus movimientos cautivantes y varios ojos alrededor de ella.

De nuevo, incluida tú.

Sí, incluida yo, porque estoy pendiente de que nadie le eche la mano.

Tengo la mirada fija en ella mientras bebo la... en realidad, no sé cuántas shots llevo, pero todavía estoy sobria.

¿Tú crees?

Pierdo la respiración cada que su mirada me encuentra. Sus caderas se menean de un lado a otro, casi que en forma de infinito. Sus manos viajan al techo y luego regresan a su cuerpo, delineando su figura de reloj de arena.

Me reacomodo en mi asiento en cuanto noto que viene a por mí. Todos mis sentidos gritan peligro. Parece una fiera y yo su presa.

Incluso llego a pensar que estoy complacida por serlo.

Sigue moviéndose con ligereza al ritmo de la música, pero se ha inclinado para tomarme de las manos y levantarme del sillón. Nuestros cuerpos se rozan y la sensación me emborracha aún mas. Sus toques son como magia sobre mi piel. Me vuelven sensibles y me hacen querer entregarme a ella.

Y dices que estás sobria.

—Suéltate conmigo. Vamos.

Dejo escapar un suspiro de resignacion. Se ha dado la vuelta y lleva mis manos a las curvaturas de su cintura. Restriega su culo contra mis caderas y yo siento que está matandome. Mi cuerpo también se está moviendo más lento por el ritmo de la música, pero, sobre todo, por querer acoplarse a cómo ella se mueve.

Gracias a sus tacones es un poco más alta de lo normal. Aprovecho eso para trazar con la punta de mi nariz una línea a lo largo de su cuello. Me embriago en su perfume y siento que he quedado peor que con los tragos de tequila. Un leve gemido sale de sus labios y eso me encanta, me fascina. Es más, quiero que vuelva a repetirse.

Catra vuelve hacia mí y pone sus manos detrás de mi cuello. Yo tengo las mías aprisionando su cintura, podría añadir esto a una de mis nuevas pasiones. Estoy a punto de sonreír, sin embargo, un cúmulo de recuerdos ensombrecen mi mente. La pregunta que me ha atormentado todos estos años regresa con más fuerza.

¿Por qué te alejaste de mí?

Creo que mi expresión cambia, porque la suya también lo hace. Se ha dado cuenta y creo que por eso una de sus manos termina acunando mi rostro, como si intentara arullarme y calmar mis dilemas. Poco a poco ha ido acercando más y más su rostro al mío. No pongo resistencia y solo me dejó llevar.

Hay una parte de mí que sabe lo que pasa, pero hay otra que simplemente no puede concebirlo. ¿Por qué? No lo sé. Las dudas comienzan a consumirme por dentro, pero en cuanto su dedo se mueve en círculos sobre mi mejilla, todo lo que pienso desaparece.

—Te encantaba está canción.

Su voz me trae de vuelta a la pista, a las luces y al mar de gente que nos rodea. La extraña atmósfera entre nosotras desaparece y apenas me doy cuenta que Troublemacker está sonando. Me limitó a asentir con una leve sonrisa.

Ella comienza a sacudir sus hombros, tal y como solíamos bailar de pequeñas. Hago lo mismo entre risas. Las luces azules y rojas caen sobre su rostro, jugando entre matices. El gloss que se ha puesto en los labios brilla. Las pecas siguen siendo visibles a pesar de su maquillaje. Y sus ojos siguen mirándome de esa forma en la que creo que también he comenzado a mirarlos.

¿O acaso siempre lo he hecho?

***

Son más de las tres de la madrugada y estamos bastante pasadas de shots, Catra más que yo.

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