Capítulo 23: Prisioneros

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Bleached vampire por AgentG

Traducción Migue Hi-hat

Orihime no sabía qué iba a pasar con ellos, había estado con los ojos vendados la mayor parte del tiempo. La cargaron, tomando tantos caminos diferentes que ella estaba irremediablemente perdida. El pánico comenzó a invadirla, su tiempo en Hueco Mundo pasaba por su mente. La impotencia de todo aquello le trajo todos esos dolorosos recuerdos. Estar cautiva bajo la mirada de Aizen había sido una de las peores experiencias de su vida.


Ella hizo retroceder esos recuerdos, tratando de enterrarlos. No necesitaba esos recuerdos ahora que no la ayudarían a ella ni a Kurumu, quien probablemente estaba con ella. Podía escuchar gritos ahogados y escuchó cosas como que sus captores se quejaban de las patadas que le estaba dando la otra. El hecho de que Kurumu no hubiera perdido el ánimo le dio a Orihime algo de coraje.


Perdió la cuenta de cuánto tiempo la cargaron, de repente los sonidos cambiaron. El eco de estar dentro de un edificio ahora lo podía escuchar en sus pasos y otros sonidos. El lugar le parecía frío y cerrado y una vez más pensó en Las Noches y sus fríos edificios. Aquí tenía el mismo tipo de atmósfera opresiva que tenía en aquel entonces.


La empujaron sobre una gruesa silla de madera cuando sintió unas manos atando sus muñecas, sintió unas manos pasando por su cabello y su corazón se congeló cuando sintió que le quitaban las horquillas. ¿Cómo podrían saber que debían tomarlas? Sin ellas no podría invocar sus poderes, incluso cuando Aizen la había secuestrado al menos todavía las tenía para usarlos, ahora estaba totalmente indefensa. Alguien empezó a quitarle la telaraña hasta dejar su cara completamente descubierta.


Podía verse a sí misma en una habitación oscura y fría, realmente no podía distinguir lo que había a su alrededor, pero el lugar se sentía como si estuviera bajo tierra, solo una sensación del lugar lo hacía sentir así. Mirando a su izquierda, vio a Kurumu pateando y luchando mientras Keito intentaba quitarle lo último de su red.


-Ella si que causa problemas- dijo una voz desde las sombras mientras Tatsuo caminaba hacia la tenue luz del centro de la habitación.


-¡Ay!- Gritó Keito agitando su mano -¡La perra me mordió!-


Kurumu escupió el sabor en su boca -Dios, ¿qué usas en tu piel? Es asqueroso, lávate más seguido- Era mentira pero le gustó la reacción de enojo que obtuvo de la mujer araña.


-Tu maldita pechugona...- Keito quería darle una bofetada, después de su humillante derrota el año pasado ante esta mujer, quería algo de venganza.


-Entonces, ¿cuál es el plan, eh?- Kurumu preguntó mirándolos.


-Básicamente, te utilizarán de carnada para llamar a los demás- sonrió Keito. -Tienen mucho para saldar y sus nuevos amigos necesitan ser puestos en sus lugares y ahora es el momento de que nuestra justicia caiga sobre sus cabezas. Todos se han divertido, pero esta escuela necesita aprender que nosotros somos el poder aquí y nosotros somos los que controlamos la escuela. Que nadie se nos cruce y se aleje de ella-


-También estamos aquí para descubrir cuáles son tus nuevos amigos- sonrió Tatsuo mientras miraba a Orihime. -Tenemos un miembro que descubrió lo de los shinigamis, pero en cuanto a ti y los demás, no sabemos que eres-


Orihime lo miró a los ojos, el rostro de la mujer normalmente gentil se convirtió en una máscara resistente que usó en su propia captura. No podía mostrarles ningún miedo, no dejaría que la controlaran. Había aprendido a ser un poco más dura desde su captura por parte de Aizen, ahora se alegraba por ello por primera vez en su vida, ya que la ayudaba a lidiar con esto.

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