Todo puede cambiar

Charla

Cuándo ví que Sol, salió de la casa, no perdí tiempo y la seguí ante de hablar, sentí un sollozo y sentí como se me hacía el corazón chiquito. Dí un pasó y al instante ella se giró, al parecer me sintió.

Sol: ¿Desde cuándo estás aquí?
Tin Noel: ¿Quieres qué te diga la verdad o te mienta?
Sol: obviamente quiero la verdad
Tin Noel: desde que tú estás aquí, es que te seguí.

No me dijo nada, solo giró la cara y pude notar un color rojo leve en su mejilla, al parecer le dió vergüenza, saber que la ví en este modo.

Tin Noel: ¿Necesitas hablar?
Sol: Mmm, no sé, ni te conozco en realidad.

Jajaja, me dió gracia que no me dijera que no, sino es que aún no me conoce y bueno por eso no quiere hablar de sus problemas conmigo, que tierna.

Tin Noel: buenas noches, señorita me llamó Tin Noel y tengo 20 años y ¿Usted?
Sol: Jajajaja, buenas me llamó Sol y tengo 17 años
Tin Noel: un placer conocerte bella dama
Sol: el gustó es mío señor.

Nos empezamos a reír y ví que tiene una risa bellísima, que derrite hasta el polo norte, si es necesario. Bueno ya es hora de hablar en serio, creo que ya está un poco relajada más que ante.

Sol: y bueno, querías hablar ¿Verdad?
Tin Noel: ammm, sí, si no te sientes incómoda claro
Sol: no tranquilo, ya me hiciste reír y me subiste al ánimo, gracias por eso
Tin Noel: me puedes decir, ¿Por qué tú abuelo hizo eso orita?
Sol: bueno si te digo, te miento en realidad.

Estuvimos hablando por los menos 2 horas, conociéndonos mejor y todo eso, hasta que mi padre me vino a recoger para irnos y nos despedimos de todos.

Amé pasar el rato con ella, es perfecta en todo el sentido de la jodida palabra.

Tiene un cuerpo tan jodidamente perfecto, su cintura es delgada como de una avispa, tiene de dónde agarrar literalmente, tiene un par de muslos por los dioses. Sus manos son delicadas y chiquitas, si cara es de inocencia pura, su nariz es pequeña y esos labios gorditos que forma un corazón, me traen loco.