Kıʀıᴋ İᴘʟɪᴋʟᴇ Bᴀğʟı ┆𝐬𝐞𝐲𝐟𝐞𝐫

Capitulo 29

Kazım, Kaya, suna y Seyran tomaron el primer vuelo de regreso a Estambul. Sin embargo, Kazım estaba visiblemente molesto y amenazaba a sus hijas, Suna y Seyran, por haberse ido de la casa sin permiso.

—¿Cómo se les ocurre desobedecerme de esta manera?—, Kazım gritó, su voz furiosa y autoritaria, mientras el avión despegaba.

—Padre, por favor, escúchanos—, Seyran intentó intervenir, su voz temblorosa.

—¡No hay nada que escuchar! ¡Sois unas desobedientes!—, Kazım interrumpió, su rostro enrojecido de ira.

Suna tembló y habló con voz temblorosa,
—P-padre, l-lo siento. No queríamos h-hacerle daño.—

—¡El daño ya está hecho! ¡Habéis traicionado mi confianza!—, Kazım gritó, su voz llena de indignación.

Seyran se armó de valor y respondió, —Padre, teníamos que irnos. No podíamos quedarnos allí—

—¡No teníais que hacer nada! ¡Debíais obedecerme!— Kazım gritó, su voz estricta y severa.

—Padre, por favor, entiende...—Seyran intentó explicar.

—¡No hay nada que entender! ¡Sois unas ingratas y desobedientes!—, Kazım interrumpió, su ira creciendo por momentos.

—Ya verán cuando aterricemos en Estambul... esto no se quedará así. Habrá consecuencias— Kazım amenazó, su voz baja y peligrosa.

—Y espero que el vuelo sea tranquilo, porque si no...— Kazım dejó la amenaza en el aire, mirando a sus hijas con una mirada furiosa.

Suna se cubrió la cara con las manos y sollozó, —P-padre, por favor... no nos haga daño—

Kaya intentó calmarlo de nuevo, —Señor Kazım, por favor, no hagas una escena aquí—

Pero Kazım no se calmó, y la discusión continuó, con Seyran y Suna temblando de miedo y Kazım cada vez más furioso. La tensión en el avión era palpable, y los demás pasajeros comenzaron a mirar hacia ellos con preocupación.

Mientras el avión volaba hacia Estambul, la tensión entre Seyran y Suna era palpable. Suna intentaba disculparse con Seyran, pero ella la evadía.

Suna se acercaba a Seyran, que miraba por la ventana del avión, y le tocaba el brazo. "Lo siento, Seyran", Suna decía, su voz temblorosa.

Pero Seyran retiraba su brazo y seguía mirando por la ventana, sin responder. Su rostro estaba pálido y sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Suna intentaba de nuevo. —Seyran, por favor, habla conmigo. Lo siento mucho. —Pero Seyran se levantaba del asiento y se alejaba, dejando a Suna sola.

Kazım y Kaya miraban la escena con preocupación, pero no intervenían. La tensión en el avión era palpable.

Suna se sentaba de nuevo, con lágrimas en los ojos, y miraba a Seyran, que seguía evitándola. La distancia entre ellas parecía insuperable.

A medida que el vuelo avanzaba, la tensión entre las hermanas solo crecía. Seyran no podía perdonar a Suna por su traición, y Suna no sabía cómo hacer para enmendar su error.

El silencio entre ellas era opresivo, y los demás pasajeros del avión comenzaban a sentirse incómodos.

—Ya verán cuando aterricemos en Estambul... esto no se quedará así— Kazım dijo, su voz baja y peligrosa, mirando a Suna con desaprobación.