Eight

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—Taehyung, ¿vamos?

Taehyung siquiera se había levantado. Observó cómo las personas de su banca y la banca contigua se ponían de pie y empezaban a hacer una fila frente a 'Kookie' con la intención de recibir la hostia.

Entonces miró a Joohyun, quien estaba expectante y a su vez confundida. Efectivamente, ese día no había entendido muy bien el actuar de Taehyung, mas era patente que algo le ocurría. Se veía simplemente sobrellevado, como al borde de un ataque o desmayo.

—Vamos —insistió, y el muchacho obedeció pero por pura presión, indicándole a Joohyun con la zurda que pasara adelante—. ¿Estás bien?

—N-no... —susurró, hiperventilando. Incluso medio se tropezó con la pata de una de los bancos antes de llegar al pasillo del medio, en el cual se estaba formando la fila. Miró hacia atrás, bastante paranoico y nervioso, nada más para encontrarse con Jimin riéndose de él y señalándolo como si se hubiera convertido en el payaso más cómico del mundo—. Quiero salir corriendo...

—¿Por qué querrías hacer eso?

Ella no lo entendería.

Para colmo, solo faltaban tres personas. Taehyung se negaba a mirar el proceder de 'Kookie' y sencillamente se cruzó de brazos para disimular mejor, miró el suelo de su costado e intentó controlar su temblequeo y ritmo cardíaco.

—Cariño, no cruces los brazos —regañó una monja que pasaba por allí—. Estamos en la casa de Cristo, y si los cruzas es como si lo estuvieras negando.

—Perdón...

Dos personas más y entonces llegaría.

Tomó aire, soltándolo lentamente. Percibió nuevamente su corazón latiéndole casi en la garganta, como si en cualquier momento pudiera ahogarse y entonces vomitarlo. Dio dos pasos hacia adelante e infló el pecho, viendo de soslayo a Joohyun subir el escalón para acercarse a 'Kookie', quien tomó una hostia, la alzó ligeramente, se la mostró y entonces se la dio en la boca.

Era algo rápido que no demoraba ni diez segundos, pero Taehyung quería morirse y estaba percibiendo los segundos como una eternidad en la que, probablemente, estaba destinado a quedar nuevamente en ridículo.

Joohyun se dio media vuelta y pasó por su costado, cediéndole el paso.

Taehyung no supo qué hacer.

Claramente sabía lo que tenía que hacer, mas su mente había quedado completamente en blanco.

Angustiado, histérico, desorbitado; viéndose idiota, tembloroso y ahogado.

Tragó en seco y alzó la cabeza, topándose con la mirada directa, brillante y expectante de 'Kookie'. Aquellos ojos de cerca se veían más grandes y preciosos, como dos perlas fulgentes en medio de un desierto aburrido e incoloro. Sus labios, bañados en un tierno rosa natural, estaban entreabiertos y luego sus comisuras se alzaron, mostrando una sonrisa colmada de inocencia, paz y amabilidad a la que Taehyung no supo reaccionar.

Jadeó por lo bajo, carraspeando su garganta y subiendo el escalón que los separaba.

'Kookie' tomó otra de las hostias de la charola que le brindaba la chica a sus espaldas, volteó nuevamente, alzó la eucaristía y se la mostró a Taehyung, quien estaba completamente rojo y mareado.

No podía desmayarse. Su imagen quedaría peor de lo que ya estaba: por el piso.

—El cuerpo de Cristo —dijo el castaño, dirigiendo la hostia a la boca de Taehyung, quien no reaccionó. No abrió la boca ni recibió lo que le estaban dando. 'Kookie' se mostró confundido—. El cuerpo de Cristo, querido hermano... —insistió.

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