Soy el malo, ¿puedo irme?

Capítulo 158

Fue sorprendente enterarse, mediante una sutil insinuación de Min Mokha, de que Corea ya había legalizado las uniones civiles entre parejas del mismo sexo hace más de diez años. Ahora, se las considera simplemente otra forma de matrimonio.

"No lo puedo creer."

"¿Qué no puedes creer?"

"Que los mayores, no, los mayores lo aceptaron sin ningún problema."

¿No estaba en la sangre coreana, incluso si habían olvidado su historia y se habían dispersado después de que su patria hubiera sido destruida hace más de cinco mil años, decir "está bien para otros, pero preferiría que mi hijo no fuera homosexual"? Han Cha-soo recordó vagamente el rostro de un anciano, con el bigote tembloroso, diciendo: "Esa es la tradición".

"Esa gente se aferra a la vida más que nadie."

La razón por la que se permitieron las uniones civiles entre personas del mismo sexo en Corea, que es más conservadora que otros países, fue simple.

Estaba claro quién tenía el poder en un mundo invadido por monstruos.

Los magnates, el gobierno, los soldados. Todos hicieron lo mejor que pudieron en sus respectivos campos, pero el destino del mundo ya estaba en manos de los despertados. Un poder que era físicamente distinto y visualmente identificable. Un milagro y una maravilla. El poder de salvar al mundo.

El equilibrio de poder había cambiado hacia un nuevo tipo de humanos y, para sobrevivir, era necesario aliarse con ellos. Por supuesto, el proceso no fue fácil. A nadie le gusta entregar lo que es suyo por razones no deseadas.

Pero el tiempo favorece a los fuertes. Frente al poder, todas las razones se derrumban.

La terquedad también es un lujo de los vivos.

"¿No está aquí para verme, señor Han Cha-soo?"

Una voz profunda se filtró como una niebla. Han Cha-soo se sacudió ligeramente y parpadeó.

La voz del hombre que estaba sentado frente a él lo sacó de sus pensamientos. Suspiró profundamente, con el rostro ligeramente descontento.

Eso no podría ser el caso.

"Lo lamento."

Aun así, era necesaria una disculpa. Han Cha-soo hizo una leve reverencia, no demasiado exagerada. Su rostro avergonzado mostraba la vergüenza de alguien que tenía hermanos problemáticos.

"¿Cómo no puedo aceptar una disculpa del señor Han Cha-soo?"

Kim Myung-gyeol asintió como si lo perdonara. Una dignidad natural fluía del hombre que cruzó las piernas y entrecerró los ojos.

"Parece que las cosas fueron bien con tu familia."

Era un rey incluso atrapado bajo tierra. A la luz del sol, Kim Myung-gyeol sonrió perezosamente como un gato, y Han Cha-soo suspiró para sus adentros. Si fuera otra persona, tal vez, pero él merecía oírlo.

"Sí, bueno, la incomodidad se ha desvanecido un poco".

Gracias al afecto anormal de Chae Ra-ha, la paz fue algo forzada, pero si esto se consideró una resolución, entonces fue un resultado positivo.

Kim Myung-gyeol sonrió. La preocupación desapareció del rostro de Han Cha-soo, que lucía mucho mejor que antes. Ya sea que se diera cuenta o no.

"Eso es bueno. Parecía que todos estaban tan preocupados que no podían soportarlo. Si hay algo que no te gusta, simplemente lucha por resolverlo".

"Podemos resolverlo perfectamente conversando".

"¿Y causaste el revuelo de ayer con sólo una conversación?"