Cap 11

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São Paulo

Victoria Gaspar

Llegamos a un restaurante, muy bonito por cierto.

Richard estuvo todo el camino dando golpecitos con el pie, parecía nervioso.

Le dijo algo al camarero que salió al frente, me tomó de la mano y me guió a una mesa alejada de las otras mesas.

Él se sienta y yo hago lo mismo.

Toma el menú y se queda mirando, un largo rato en silencio, lo que ya me estaba irritando.

-¿Me llamaste aquí para mirar el menú?

Me mira y cuando iba a decir algo suena su celular.

Miro y veo el nombre "Nat".

Probablemente sea su esposa.

Se levantó y fue a contestar el teléfono

Apoyo la cabeza en el balcón cuando lo veo venir hacia mí con mala cara.

Se sentó de nuevo y me miró fijamente, yo le devolví la mirada.

-Sin mucho preámbulo, di lo que quieras decir de inmediato.

-Termino el examen.

-¿Qué pasa, negativo? - pregunté en tono de ironía.

-Positivo.

Le dedico una sonrisa burlona.

- el asunto es serio, estoy casado, tengo mi vida expuesta, un hijo fuera del matrimonio me traerá problemas Victoria.

-Yo no tengo nada que ver con eso, no es mi problema.

-Sí, y es tu problema, vas a tener un bebé que también puede ser mío, va a ser una mierda si cae en la boca de la persona equivocada.

-¿puede ser tuyo?espera Richard, tienes el puto ADN en tus manos con el resultado positivo y aún así decir que el hijo no es...-me interrumpe.

-No quiero a ese hijo Victoria.

Lo miro con la boca abierta.

No pude decir nada

Solo lo miré, su mirada no se arrepentía de lo que acababa de decir.

-Te daré la pensión todos los meses, todo lo que necesitas para hablar con mi abogado es... -

-Vete al infierno, Richard. Toma tu puto dinero y mételo en el culo, no quiero nada de ti, eres un cabrón, un gilipollas, un niño. Todavía hay que aprender mucho en esta vida, ser hombre está en la lista. Algo de mi vida es la vida de MI hijo.

Salgo del restaurante y tomo el primer taxi que vi frente a mí.

Mi cabeza se aceleraba, ¿cómo puede una persona ser tan sucia como para rechazar a su propio hijo de esta manera?

De una cosa estoy segura, todavía se arrepentirá mucho.

Y cuando se arrepienta, será demasiado tarde.

Meu acaso|Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora