Cap 13

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Unos días después

Hoy es el día para comprobar cómo está el bebé.

Estaba lista, bajé y encontré a María Luiza y a Yuri en el auto con esa energía que no sé de dónde la sacan.

-Estoy tan ansiosa por saber cómo está mi amorcito. -Habla Malú

-Hola Vic, ¿será posible ver sexo hoy?-pregunta Yuri

-Eso espero, no aguanto más esta ansiedad

-Apuesto a que viene mi princesa
Claro, todo el camino discutiendo, y yo simplemente riéndome y comiendo porque el bebé no está para jugar.

Tan pronto como llegamos a la clínica, me llamaron de inmediato para que entrara a la habitación.

Yuri y María Luiza vinieron conmigo y el médico comenzó a hacer la ecografía.

Escuché el sonido de los latidos del corazón de mi bebé y automáticamente mis ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Quieres saber el sexo?-pregunta el doctor, asiento con la cabeza rápidamente.
Yuri me tomó de la mano y María Luiza cogió la otra.

-Felicidades mamá, tu princesa es enorme y saludable.

En cuanto termina de hablar sonrío de oreja a oreja, ya me caían las lágrimas, María Luiza empezó a saltar y Yuri me dio un abrazo.

Lloré, de felicidad, es una niña, una princesa, mi Helena.

-Nuestra princesa Vic, nuestra niña-dijo Yuri dándome un beso en la frente.

-Sí, nuestra chica

Quería gritar de felicidad, pero María Luiza lo hizo por mí, se ríe.

Pasa el tiempo.

Llegamos al edificio a las 16:40 horas.

Porque ante la insistencia de María y Yuri salimos a celebrar, almorzamos juntos, fuimos al centro comercial, sobra decir que los dos hicieron la fiesta de ropa y cosas para Helena, ¿no?

Tan pronto como entramos en la recepción, mi sonrisa se disolvió automáticamente.

Richard estaba allí sentado y movía el pie rápidamente.

Olvidé mencionarlo, desde el evento no sé qué pasó, pero no dejó de llamar.

¿Respondí a alguna llamada?, claro que no.

Tan pronto como me vio, vino a mí.

-Hola, necesito hablar contigo, escúchame por favor- habló demasiado rápido, pero entendí.

-No tenemos nada de qué hablar, así que la respuesta es no.

Intenté pasar pero fue en vano, me jaló del brazo, pero sin lastimarme.

—Por favor, Victoria —dijo en un susurro y con la cabeza inclinada—.

-No, desaparecer de mi frente y de mi vida

-Solo me iré de aquí cuando me escuches

-¿Eres sordo, niño? ella ya dijo que no quiere-Yuri hablaba, María lo tomó del brazo.

Respiro hondo.

-No te voy a hablar, ¿me escuchas?

Tiré de María y Yuri y subí al ascensor,

Richard se quedó en la recepción con las manos en la cabeza.

Meu acaso|Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora