Bristol
Zona Urbana
30 de Julio de 1980
08: 17 AM.La mañana de Sirius inició con los radiantes rayos de sol de Julio entrando por las cortinas pardas de su ventana. Se estiró, se levantó de la cama y fue a asearse. Vistiendo una camiseta de manga corta color celeste y pantalón de algodón gris, salió de su habitación calzando sus pantuflas blancas. Hoy, como no tenía planes para salir a algún lugar, estaría lo más cómodo posible.
Después de la batalla que aconteció hace casi dos días atrás en San Mungo, sus líder no los contactó para alguna misión, eso los tenía tranquilos ya que las fuerzas del mal se debilitaron con la pérdida de esa noche. Todos los informes necesarios se hicieron al día siguiente más descansados. Además que Alastor les comunicó que por motivos funerarios tendrían cinco días libres del entrenamiento.
Asimismo, se acordó de que no le avisó a su padre que tenía una misión y que por eso no pudo visitarlo, así que no teniendo nada que hacer se vistió con un traje semi formal azul oscuro y fue a verlo a Grimmauld. Orion, primeramente lo recibió con alivió de verlo bien, luego lo regañó por no informar de su paradero para saber si estaba vivo o muerto y después lo revisó de la cabeza a sus pies con su magia para saber si estaba herido. A Sirius lo conmovió observar preocupación por él en la cara siempre estoica de su padre, aunque en su corazón tuvo sentimientos encontrados. Sin embargo eso no le impidió pasar el resto del día con Orion, contándole todo lo que sucedió un día atrás.
No obstante, ahora se dirigía al salón a través del pasillo para pasar el rato viendo la televisión.
—Buenos días, Lunático. —Saludó a su amigo castaño, que vestía una camiseta blanca y shorts de algodón beige oscuro, ropa cómoda para el calor. Se encontraba sentado en el sofá mediano de forro marrón claro, resolviendo un crucigrama en la mesita ratonera.
—Buenos días, Canuto.—Respondió fijando su mirada en él.
—¿Ya desayunaste?. —Preguntó mientras se sentaba en el sofá más grande.
—Hace media hora. Si deseas, dejé un poco de tocino frito y huevos revueltos en el refrigedor. —Le dijo volviendo a su crucigrama.
—Gracias, Remsy. Eres un ángel. Después iré a servirme.—Sirius le sonrió y tomó el control para encender la TV.—¿James y Lily?
—Aún no salen de su habitación. Además que Lily se ha estado sintiendo mal por la noche.
—¿Ella está bien?. —Sirius frunció el seño en preocupación. —¿Será el bebé?
—No lo sé, pero... —Remus no continuó porque el zorro plateado de Frank Longbottom entró por sus ventana, sin duda trayendo un mensaje.
“¡Buenas noticias, miembros de la Orden. Les expreso mi felicidad mediante este comunicado, ya que hoy en las primeras horas del día a nacido mi bebé. Alice se encuentra bien, está descansando y vinculándose con el niño! Sin más que agregar me despido. Espero verlos pronto.”
Sirius y Remus vieron como el patronus se desvaneció después de culminar su tarea. Estaban muy sorprendidos y alegres, aunque también temerosos por la familia de Frank y Alice. El nacimiento del Heredero Longbottom era un acontecimiento maravilloso, sin embargo, con la profecía por cumplirse en cualquier momento, lo escogía como candidato a ser el Elegido, arrastrando a su familia con él.
—Supongo que en la próxima reunión debemos felicitarlo. —Remus rompió el silencio en la que se sumieron.
—Si. —Sirius aún se encontraba pensativo. Temía por su compañero auror.—Espero que sea pronto. Tenemos que pensar en cómo ayudarlos si llegara a suceder una catástrofe como la vez anterior.
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DECISIONES (En Emisión)
FanfictionSeverus nunca pensó que realizar un acto como el acercarse a un elfo desesperado fuera lo que cambiaría su vida. Tampoco supo cuantos problemas le traerían. Pero ese sería el principio de las decisiones que tomaría para emprender su camino hacia l...