Capítulo 7.

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Efectivamente Katsuki se quedó a dormir en la casa de los Midoriya esa noche, y contrario a lo que la madre del peliverde pensaba, ambos simplemente durmieron apenas sus cabezas tocaron las cómodas almohadas de la cama del peliverde. Sobraba aclarar que ambos habían dormido abrazados al otro como solían hacerlo cuando eran pareja, logrando dormir cómodamente después de mucho tiempo sin tener una sensación similar.

Al día siguiente cuando Izuku se levanta un poco más temprano debido a su propia alarma la apaga casi al instante para que esta no molestara a un Katsuki que dormía plácidamente entre sus brazos. Agradecía sumamente que el contrario tuviera el sueño bastante profundo, porque cuando se escabulló fuera de la cama solo escuchó un leve quejido adormilado del cenizo.

Al bajar a la primera planta se encontró con su madre cocinando esta vez para un plato más para su ex pareja. Como acostumbraba el peliverde le abrazó por detrás por unos pocos segundos mientras le deseaba los buenos días.

— Buenos días, cielo... — dijo dulcemente la pelinegra antes de girarse para despeinar los cabellos ya desaliñados de su hijo, haciéndole reír suavemente. Ante el silencio que se había instalado entre ellos, cómodo para su madre pero incómodo para él, decidió hablar por nerviosismo.

— Ma, hablando de lo de ayer...

— En serio no tienes que preocuparte, cariño. Yo solo espero que se estén cuidando como debe ser y que-

— No, es que no entiendes, uh... — Izuku terminó rascando su nuca con total vergüenza.

— ¿Qué no entiendo, Izu? — preguntó su madre algo confundida, el mencionado batallando con las palabras que no salían de su boca.

— Es que no hemos hecho nada de eso, no hemos cruzado esa línea todavía. — declaró Izuku para después prácticamente tapar su rostro con sus manos.

Inko pareció entender realmente rápido las palabras vagas de su hijo.

— Pues con más razón, espero que entiendas la realidad del sexo anal. Deben utilizar siempre preservativo más que nada para evitar enfermedades de transmisión sexual, seas tú el que da o reciba...

— ¡Mamá! tranquila, ya sé todo eso. — el chico estaba a punto de explotar de la vergüenza. — Solo falta que hagas una presentación de PowerPoint como la mamá de Alex en "Red, White & Royal Blue".

Ambos rieron ante la mención de la película, la cual habían visto juntos tiempo atrás a modo de tiempo de calidad.

— Hey, no me retes, podría sentar a Katsuki en el sillón para que me escuche exponer sobre los riesgos.

— No creo que sea necesario... Además, mamá, él y yo... uh, no somos pareja. — terminó por confesar el chico, aunque bien sabía que tenían una relación extraña después de los acontecimientos de los días pasados.

Ahora sí Inko pareció descolocada y genuinamente confundida.

— Dios... esta juventud de hoy en día que hacen esas cosas sin ser nada. Pues espero que alguno de ustedes lo pida pronto, desde hace años se nota que están loquitos el uno por el otro. Es más, me pareció raro cuando se distanciaron. — confesó esta vez la madre del peliverde, encogiendo y relajando sus hombros mientras hablaba como si fuera realmente mayor cuando no era el caso. — Ve a despertarle para que vengan a desayunar, yo ya me estoy yendo de todas maneras.

— Que te vaya bien, ma. — fue lo último que le dijo Izuku a su madre antes de despedirse de ella con un leve abrazo. Su madre hace ya tiempo tenía un buen trabajo estable y eso la tenía bastante feliz a ella y a él de igual manera pues le gustaba su labor y no era un horario esclavizante.

How Did It End? (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora