Capítulo 5

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No iba a negarlo, Ten tenía mucha hambre. Nunca pensó que dejarse morir de hambre iba a ser tan costoso. Llevaba cinco días sin comer por voluntad propia, sin salir de aquella habitación y sin ver nada más que aquellas cuatro paredes. La soledad se apoderaba de su mente diciéndole cosas realmente malas sobre sí mismo. Y es que para él, todo lo que Johnny le dijo aquel día era cierto. Era un inútil que ni servía como ángel ni como demonio, alguien que nadie nunca iba a necesitar. Hacía días que nadie llamaba a su puerta así que asumía que Johnny se había rendido ya.

Esa misma tarde, alguien llamó a la puerta pero Ten no respondió, estaba demasiado cansado para responder a la puerta usando sus palabras. Solo se acercó a la puerta a escuchar si había sido Johnny u otro demonio del servicio que Johnny les ordenaba llevar la comida. Estos seres carecían de raciocinio pero tenían el suficiente coeficiente intelectual como para hacer lo que Johnny ordenase mientras esto fuese simple, como por ejemplo, cocinar o limpiar. En esos días, cuando escuchaba un golpe, normalmente era uno del servicio limpiando. Pero esta vez, la presencia no se marchó de detrás de la puerta.

一 Se que no quieres verme. Pero solo te pido que aceptes este regalo. No tienes porque recogerlo ahora, pero, recógelo pronto.

Ten reconoció la voz de Johnny quedándose quieto en su sitio, paralizado. Lo que pasó cinco días antes le había causado secuelas y aunque una parte de él quería hablar con el demonio, la otra estaba demasiado aterrorizada como para enfrentarse a él. Johnny no tardó en abandonar el pasillo. No sabía a donde se había ido pero tenía curiosidad de ver qué era aquello que tenía tanta urgencia. Ten abrió la puerta, mirando a cada lado para asegurarse de que John ya no estuviese por ahí, después miró al frente para ver que era el regalo. Allí había una gran caja con pequeños agujeros. Cuando iba a recogerla, esta se movió. Ten se asustó echando unos pasos atrás y se quedó quieto mirándola. ¿Qué había ahí dentro?

Un suave sonido se escuchó desde dentro. Lo que fuera que hubiese dentro de aquella caja no sonaba terrorífico para Ten. Aquello hizo que se volviera a acercar y se pusiese de rodillas frente a la caja para intentar ver qué había allí dentro. En su interior había un ser vivo, tenía una larga cola peluda. Sin duda, aquello no era un demonio en una caja. Con cuidado, arrastró la caja por el suelo hacia dentro y cerró la puerta para que la criatura dentro no escapase. Al abrirla se encontró con un pequeño ser peludo que iba sobre cuatro patas. Su carita pequeña y orejas puntiagudas hacían al animal adorable ante los ojos de Ten. Este se quedó mirándolo a los ojos antes de maullar y saltar fuera de la caja a su lado. Ten se levantó asustado. El ser no pareció hacerle mucho caso al principio, parecía estar más pendiente de investigar sus alrededores, saltando sobre la cama y luego bajando, escondiéndose bajo el armario y poco después saliendo corriendo al baño para luego regresar.

Ten no entendía nada. ¿Qué era eso que Johnny le había dejado en su habitación? No parecía para nada demoníaco. Ten se asomó a ver dentro la caja donde el animal estuvo en anterioridad y encontró un pequeño sobre con lo que parecía una carta. Ten la agarró y la abrió, dentro había varios papeles, entre ellos uno que parecía escrito a mano. Dejó el resto sobre su cama, se sentó junto a los papeles antes de empezar a leer.

"Estimado Ten, por lo que a mí respecta, el otro día me propasé con usted. Espero que me entienda, no fui criado con los mismos valores que en el cielo e intenté hacerle algo que para mí es normal. Pero viendo su reacción, he podido aprender que a usted no le enseñaron las mismas actitudes que a mí. Lo que para mí puede ser algo agradable y disfrutable, a usted no le fue igual. No quería dañarlo, ni propasarme. Me preocupa su salud y por todo esto, quería decirle que lo siento. Espero que acepte mis disculpas cuidando de este pequeño gato."

Así que eso era un gato, pensó Ten. Siempre había leído sobre ellos, unos de los tipos de animales más comunes de encontrar en las casas humanas, no los únicos pero sí los más populares. Ten observó al gato quien ahora se hallaba sobre la cama, pero en la otra punta, tumbado con los ojos cerrados mientras hacía un ruidito que Ten pensó que debía de ser un ronroneo. Volvió a mirar la carta para volver a leer.

Fallen Angel (JohnTen - DoTen - JohnDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora