Capítulo V

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Cuando escucho los pasos de sus amigos volver a subir, solo esperaba que no hicieran un desorden o los haría pagar.

Ante la falta de aire hizo en sus pulmones, Haru lo alejó, rompiéndo el beso.

Reborn bajo sus labios a su cuello, tomándola de las caderas la sentó sobre la mesa y se posicionó entre sus piernas.

— Re‐Reborn... — adoraba la forma en que su nombre salía de los rosados y lindos labios de Haru, como sonaba casi mágico, cuando lo pronunciaba con su melodiosa voz.

Bajo la cremallera del vestido que ella vestía en esa ocasión, junto al brasier, dejando a la vista sus bonitos y redondos senos, sin dudarlo acercó su boca a uno de los erectos pezones, lo lamió y chupo, encantado de sentir su tembloroso cuerpo.

Pasó una de sus manos bajo la falda del vestido y su ropa interior, notando su humedad sonrió, adentrando dos de sus dedos al instante.

— Ugh... Dios, Reborn‐chan, los chicos es‐están arriba. — cubrió su boca con sus manos, tratando de silenciar sus gemidos.

— Olvidalos, los dejé con audífonos jugando en la consola. — mintió, subiendo a besar su cuello.

— ¿Es a‐así? Entonces... esta bien~ah. — contestó, sintiéndose más tranquila.

Por su parte sonrió leve, no sabía porqué su madre, siempre creía cada una de sus palabras.

Haru era la única que le veía como un chico inocente, cuando en realidad era un completo demonio.

Un verdadero bastardo. — Mierda... — susurró.

Libero su miembro, apoyó las piernas de la mujer en sus hombros y de una estocada al penetro.

¿Y si volvía su padre? Pues nada, ya que de ese modo, tendría a la mujer solo para sí.

Insistía, hasta el momento no le había molestado del todo la presencia de Gianluca, pero ya se estaba volviendo una piedra en su camino, tenía que deshacerse pronto de él.

El choque entre ambos provocaba un rebote constante en los senos de la mujer, cosa que a Reborn le gustaba.

Haru se preguntaba, ¿En qué momento su hijo había crecido tanto? O también, ¿De dónde es que había sacado ese tamaño? Lo sentía tocar todo en su interior, amoldado perfectamente a su forma.

Estaba derritiéndose en gemidos y jadeos, estaba completamente en éxtasis. — Ma‐más... más, Reborn...chan. — si bien sabía que estaba mal, porque era su hijo quien la estaba penetrando, no un extraño, sin embargo el placer y euforia que le brindaba el acto, no le permitían caer en cuestionamientos como esos. — Qu‐quiero sentirte aquí. — acarició su vientre. — Re‐Reborn. — abrió los nonostante sorprendida, de sentirlo hacerse más grande.

— ¿Se siente bien? — sonrió encantado. — Soy el mejor hijo que puede existir, ¿Cierto? Conozco a la perfección cómo hacer sentir bien a Mamá.

Quizás era demasiado morboso de su parte, pero a esas alturas de la vida, no iba a comportarse como un mojigato, le gustaba usar esa información a su favor.

Una parte de su retorcida personalidad disfrutaba de ello, tenía gustos un tanto extraños, pero eso no lo convertía en un mejor o peor ser humano.

Además, ¿Por qué mierda le importaría lo que la gente piensa de él? Pues nada, en simples palabras le daba igual.

Haru asintió a penas, no entendió lo que había dicho, pero de todos modos le dio la razón. — Reborn‐chan es el mejor... y es tan bu‐bueno.

En eso ella llegó al clímax. — Mierda... — jadeo, cuando sintió apretar tan bien su miembro, que a los pocos segundos él también se vino, tratando de derramarse en lo más profundo de su interior.

I choose my poison and it's you -「Khr」R86『Reborn x Haru』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora