La Legión de las Damas

capítulo 3

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Volver a casa

Christian.
3 días antes.

La indiferencia, un término tan contundente como su significado, no hay excusa para entregarle tu corazón a quien crees que es la indicada. Este fue uno de mis peores errores, al darme cuenta de que, después de tantos años, ella no hizo ningún esfuerzo por buscarme o contactarme. Supongo que no soy lo suficientemente importante en su vida.

A pesar de su aparente falta de interés, he sentido un fuerte impulso por buscarla. La última vez que intenté hacerlo, me encontré con varios obstáculos, incluido un hombre que ejerció control sobre ella y la separó de mí. Me resulta frustrante que, a pesar de todo, ella no haya hecho nada por resistirse. Después de tantos años, desde hace aproximadamente quince días, ha surgido en mí una imperiosa necesidad de saber acerca de su paradero.

Busco en las redes sociales, pero no encuentro rastro de ella. Aunque estoy determinado a regresar al lugar donde todo comenzó para averiguar si es feliz, si tiene pareja y por eso no se ha puesto en contacto conmigo. Lo que sí me aseguraré es que si la mujer a la que entregué mi corazón sigue soltera, no la dejaré escapar. No permitiré que otros se interpongan en nuestro camino.

— Christian, necesito urgentemente que se trasladen hoy mismo para impulsar el crecimiento de nuestro negocio en esa ciudad, que es una de las pocas donde aún no hemos distribuido nuestras bebidas. — Él es mi socio en el negocio y prácticamente un hermano para mí, tanto es así que me ha apoyado en los momentos más difíciles de mi vida. — Por favor, asegúrate de llevar contigo a Dante y establecerse en el apartamento que adquirimos para este propósito.

— Walter, estás al tanto de que todo está preparado para iniciar la expansión del negocio, especialmente en aquellas ciudades de mayor atractivo turístico. — Nos encontramos reunidos en una sala de reuniones de la empresa, analizando la región donde mañana comenzaré a introducir nuestros vinos, los cuales actualmente ostentan la posición de los más destacados en el mercado. — Estamos a la espera de que llegue Dante para que nos brinde los pormenores de los nuevos contactos que ha logrado obtener a través de su hermano.

— Sí, hace poco conversé con él y mencionó que pronto estará llegando a este lugar.

— Espero que no se demore demasiado. — Estoy ansioso por llegar a mi nuevo destino.

— Tu impaciencia no se limita únicamente a los negocios. — Reconoce y comprende mis intenciones respecto a mi nuevo rumbo. — Asimismo, persigues otros objetivos, si no me equivoco.

— Creo que me conoces bastante bien. — Voy a buscar algo de beber, en la licorera que está cerca. — ¿Te gustaría tomar algo? — Él asiente y sirvo dos copas con nuestro exquisito vino. — Necesito saber, cómo le ha ido en la vida después de todo lo sucedido. — Le entrego su copa y me siento en mi sillón. — Me gustaría saber si está con alguien que la haga feliz.

— Y en caso de que no haya nadie presente. — da un sorbo a su copa. — Aunque es altamente improbable que en este punto de su vida no tenga compañía, me pregunto por qué no se esforzó en buscarte.

— Si está sola, lucharé por ella. — Bebo un sorbo de mi vino, para reunir el coraje necesario para expresar lo que sigue. — No obstante, si hay alguien en su vida, la dejaré en paz y continuaré con la mía.

Después de conversar con mi socio, siento un intenso temor ante la posibilidad de que la situación se torne incómoda. Espero no enfrentarme a situaciones difíciles que afecten mi estabilidad emocional.

Valoro la compañía de mi mejor amigo en este trayecto, ya que tanto Dante como Walter son conscientes de lo que he vivido tras la pérdida de esa mujer.