La Legión de las Damas

Capítulo 16

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La Segunda cita.

+21

Christian.

Me dirijo a la casa de Sophia para llevarla a un lugar que seguramente apreciará. Este sitio se encuentra apartado de la ciudad, lejos de miradas indiscretas. Durante la reunión hace días en The Miller Star, mientras el padre de Sophia desplegaba su característica ironía, ella se mantuvo firme en su decisión de no permitir que me insultara. Aún hoy, sigue mostrando su enojo hacia él de manera evidente.

Ella ha padecido considerablemente a causa de las erróneas decisiones de su familia; espero sinceramente que no repita los mismos errores ante las sospechas que rodean a la Legión. Debo aprovechar este fin de semana para obtener información de ella.

Llego a su residencia justo en el momento en que sale con una maleta, me ofrece asistirla llevándola para colocarla en el maletero del automóvil.

— Tus padres no tienen problema con que te vayas el fin de semana.

— Acaso soy una adolescente, Chris — se acerca y me besa — ya soy un adulto, así que llévame a donde quieras el fin de semana.

— Qué bueno ver lo animada que estás — abro la puerta del copiloto — sube, que es algo lejos para donde te voy a llevar.

Ella sube de inmediato al auto, hago lo mismo y pongo en marcha el auto. Observo por el retrovisor que vienen unas camionetas siguiéndonos.

— Tranquilo, es mi seguridad — murmura Sophia — no puedo andar por ahí sin protección.

— No lo sabía, acaso te han amenazado.

— Vivo en un mundo donde hay enemigos, Chris — mira por la ventanilla — a veces hasta la misma ley corrupta te puede perseguir — frunzo el ceño — ¿te molesta mi comentario? Eres un empresario, no un oficial corrupto, ¿verdad?

— ¿Por qué alguien como yo optaría por la corrupción? — miro su reacción y después al frente.

— No lo sé, Chris, apenas te conozco porque nosotros jamás hemos coincidido en nuestras vidas — se dirige a mí con ironía — bueno, hay algo que jamás te he dicho, pero mi memoria no está muy bien desde hace diez años, eso es una historia que no quisiera tocar.

— Sophia, yo jamás estaría de parte de la corrupción, espero que tú tampoco, o que estés de parte de algún grupo que quiera hacer justicia por sus propias manos — ella suelta unas carcajadas.

— Siendo así, estamos libres de pecados y de mentiras, ¿no crees? — sonríe con sarcasmo — Chris, yo ya estoy harta de la vida de secretos, por eso acepté venir el fin de semana contigo, sé que contigo no habrá secretos.

No sé qué está tramando Sophia, pero su sarcasmo me hace sospechar que está ocultando algo.

— Claro que ninguno de los dos podemos ocultar nada, Sophia — sonrío — el fin de semana es para empezar a conocernos.

El camino dura casi tres horas, en las que hablamos de cosas triviales, hasta que por fin llegamos al lugar. Es un viñedo que compramos hace algunos años.

Quiero que conozca el proceso de nuestro vino. Tenemos una casa inmensa para pasar el fin de semana. Ya le mandé asignar la mejor habitación para ella. Quiero que la pase bien y podamos estar solos, bueno, con algo de seguridad de parte de ella.

Bajamos con nuestras maletas, mientras la servidumbre se acerca para ponerse a la orden, más por ella que por mí. Es una de las cosas que les pedí cuando los llamé.