PEQUEÑO HONGO

capitulo 74

An Zhe despertó de un sueño pacífico.

En el sueño, no tenía ojos, oídos ni órganos que un humano pudiera percibir. Parecía haber regresado a ese tiempo hace mucho, mucho tiempo, cuando fue enterrado en un suelo blando y húmedo. Sin embargo, no era tierra y parecía no estar lejos de Lu Feng. Estaba tan cerca de la respiración del coronel como lo estaba hasta la muerte.

Después de abrir los ojos, miró al techo gris aturdido. Había estado tratando de evitar pensar en las personas y las cosas en la Base Norte. Podía sentir los recuerdos pasando. Casi había olvidado la apariencia y el comportamiento del jefe Shaw, el Poeta, el médico y Colin. Todo lo que sucedió en esa ciudad iba a desaparecer, pero Lu Feng aparecía cada vez con más frecuencia en sus sueños.

A veces abría los ojos y sentía que esa persona estaba a su alrededor. Las enredaderas verde oscuro que colgaban del viento estaban cubiertas de escarcha blanca antes de haberse marchitado. Se había congelado a un color brillante y claro como los ojos de Lu Feng lo miraban.

Entonces la frialdad del mundo exterior pronto lo envolvió nuevamente.

Fuera de la ventana, las nubes grises se sentaban bajas en la cima de la montaña y el duro suelo de la montaña estaba cubierto de escarcha blanca. El invierno ya estaba aquí.

La gente del Instituto de Investigación Highland todavía se preocupaba por él. Hace 10 días, recibió una bufanda de lana y un par de guantes de piel de conejo. Todos los días, estaba envuelto en estas cosas cálidas cuando salía del edificio principal y se dirigía al laboratorio de Polly.

La jaula de Simpson consumía mucha energía y las turbinas eólicas tenían una potencia limitada. La jaula de Simpson solo podía encenderse durante dos horas al día. El resto del tiempo, Polly haría otra cosa. A veces, le enseñaba a An Zhe algo de física y conocimiento biológico. Por ejemplo, todo estaba compuesto de moléculas y átomos. Los átomos podrían dividirse en electrones, protones y neutrones. Sin embargo, estaba lejos del final y nadie podía ver qué constituía la base material de este mundo.

—Un hombre ciego solo puede alcanzar el mundo para percibirlo, pero lo que siente obviamente no es la imagen completa. Nuestra comprensión del mundo es tan superficial como la de los ciegos. Estamos destinados a ver solo la apariencia. Tenemos muchas hipótesis pero nadie para verificar si son correctas — le dijo Polly.

Mientras hablaba, la ventana del laboratorio se abrió por el aullido del viento del norte en la cima de la montaña. El hombre indio de piel morena se levantó para cerrar la ventana y Polly buscó la bufanda doblada.

La bufanda estaba envuelta alrededor del cuello de An Zhe. Se enterró en el paño suave y cálido y le preguntó a Polly: — ¿Tienes frío?

—A medida que envejezco, muchos lugares se vuelven aburridos. —Los suaves ojos azul grisáceo de Polly Joan lo miraron. An Zhe podía ver su reflejo en los ojos de esta persona, una bola blanca envuelta. Sin embargo, antes de que pudiera mirar por mucho tiempo, tosió. Afuera hacía mucho frío, pero sus pulmones ardían con fuego. Duele.

Polly pasó una mano por su espalda y le pasó el agua caliente que estaba sobre la mesa.

— ¿Hay antibióticos?— Le preguntó al hombre indio llamado Ron.

—Quedan algunos.

La tos de An Zhe lo estremeció y tomó la medicina. La habitación estaba iluminada con una estufa de carbón pero todavía sentía mucho frío.

Polly dijo que la comprensión humana del mundo siempre fue superficial y, a veces, An Zhe sintió que su comprensión de los humanos era simplemente superficial. Nunca había esperado que los humanos lo trataran así cuando regresó al Abismo.