Conociéndonos [Levihan]

Conociéndonos

POV Levi
Isabel y Farlan entraron a la sala de mi casa, por alguna razón me encontraba en el sofá abrazando a Hanji. Ellos nos vieron y se acercaron, Hanji seguía dormida aún.

—Ya te falta muy poco —dijo Farlan tocando mi hombro.

—¡Qué linda es esta chica! Tan activa y llena de energía cuando está despierta, pero dormida es verdaderamente pacífica —dijo Isabel acariciando la larga cabellera de Hanji.

—Ya no falta mucho para un gran día —agregó Farlan.

—¿Gran día? ¿Por qué? ¿Qué sucederá? —le pregunté.

—Será mejor cuando te enteres por ti mismo, si no se perderá la magia —respondió Isabel con una sonrisa mientras tomaba mi hombro.

—Eso es cierto —le contesté— No tengo opción más que esperar...

A la mañana siguiente

POV Hanji
Los rayos del sol se colaban por las cortinas de la sala, abrí los ojos con pereza y vaya sorpresa que me di: Me había quedado dormida abrazada de Levi, mi cara parecía un tomate por lo roja que se encontraba. El ojiverde se veía muy lindo durmiendo, se veía mucho más tranquilo y adorable que de lo que solía ser realmente.

Ya era la hora de levantarse, así que intenté despertarlo dándole pequeñas palmaditas en el rostro, al despertar se sobresaltó un poco y perdió el equilibrio haciendo que ambos nos cayéramos del sofá debido al abrazo que aún me daba. Admito que fue muy divertido ver su cara.

Levi cayó sobre mí en una posición bastante comprometedora causando que un sonrojo se apoderara de sus mejillas —y el doble en las mías— y que se quedara paralizado por unos segundos, su expresión fue muy graciosa.

—Levi, ¿Te piensas quitar de encima? —pregunté arqueando una ceja y sin dejar de sonrojarme, pues ya habían pasado varios segundos y él no se levantaba.

—Se dice permiso —contestó el chico.

Siendo sincera me sorprendí mucho ante su respuesta, le dediqué una amplia sonrisa la cual me contestó y luego se levantó de encima mío. Seguido de eso estiró su brazo para ayudarme a levantarme, tomé su mano y me levanté del suelo.

—Gracias —dije para luego rodear su cuello con mis brazos con algo de fuerza y darle un beso en la mejilla como agradecimiento haciendo que su cara se tornara roja.

—De nada —contestó con el ceño fruncido intentando zafarse— ¡Suéltame! ¡Me estás estrangulando!

—Estás muy sonrojado ¡Jajaja!

—Ay, Dios —dijo tapándose la cara con ambas manos para que no lo viera.

—¡Jajajaja! Bueno, Levi... no quiero sonar cortante, pero ya me tengo que ir —dije bajando la mirada un poco.

—No, ¡Tú no te vas de aquí hasta que te des un baño! —exclamó con el ceño fruncido, parecía un sargento o algo así.

—Ok, mamá... —le contesté burlona.

—Ya quisieras que tu madre se preocupe así por ti.

—Un momento... ¿Te preocupas por mí? —pregunté sorprendida.

—Claro, somos amigos.

—Awww, ¡Qué lindo! —dije pellizcando sus mejillas.

—Suéltame y ve a darte un baño, yo lo haré en el baño de arriba y tú en el de abajo.

—Ok, ok, ya voy... gruñón —eso último lo dije en voz baja para que no me escuchara, luego me fui hacia la derecha.

—¿Qué dijiste?

—Nada... —contesté mientras seguía caminando.

—Hanji...

—¿Si?

—El baño está a la izquierda —contestó haciendo un "facepalm" yo me reí un poco por mi torpeza.

—Ok, gracias ¡Oh! ¡Qué torpe soy! Me olvidaba de bajar mi ropa ¡Jajajaja! —dije para luego subir corriendo a la habitación del chico.

—Hanji Zoe: La persona más torpe sobre la faz de la Tierra —dijo haciendo que ambos nos riamos.

—¡Shh! ¡Silencio Levicienta! —exclamé desde su habitación haciendo alusión a su obsesión con la limpieza.

—¡Cállate cuatro ojos! —contestó desde la sala.

Bajé con mi mochila hacia el baño que me indicó el chico, encendí la ducha y luego de media hora terminé con el baño, me sequé con una toalla y me cambié. Mi cabello estaba mojado así que lo enrollé en una toalla y esperé a que secara un poco.

Ya lista salí del baño y me encontré con Levi en la sala, le indiqué que iría arriba así que subí por mis gafas, me las puse y volví a bajar.

—Demoraste más de lo que pensé, cuatro ojos —dijo Levi.

—Suelo demorar un poco cuando me baño, enano —contesté con un poco de timidez— Ya tengo que volver a casa... —dije apenada.

—Te acompañaré —contestó con una leve sonrisa.

—Está bien, muchas gracias —dije devolviéndole la sonrisa— Ah, y toma esto —añadí devolviéndole su ropa— Gracias.

—No es nada —contestó recibiéndola y dejándola sobre el sofá— Ahora tendré que desinfectarla...

—¡Shh!

Ambos salimos de la casa, el camino fue más rápido de lo que pensé; nuestras casas no quedan muy lejos una de la otra y a pie llegamos en diez minutos, el pelinegro se despidió de mí y luego se fue. A pesar de todo fue muy lindo conmigo ayer y hoy, me quedé con una linda experiencia y un nuevo amigo.