Pesadillas

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Semanas después

POV Hanji
—¡Hola! —saludaba una chica aparentemente de mi edad.

No sabía exactamente como era aquella chica debido a la escasa luz del lugar en el que nos encontrábamos. No tuve tiempo de contestarle el saludo porque detrás de ella apareció un chico de igual edad, quien estaba tocándole el hombro.

—No creas que esto será tan fácil —dijo el chico antes de que yo por lo menos pueda decir siquiera un "hola".

Desperté jadeando un poco, era sábado así que no importaba en lo absoluto la hora de despertar. Vi el reloj que se encontraba en la mesita de noche y aún eran las diez de la mañana, así que suspiré aliviada.

Hace unos días tuve una salida grupal al cine a la cual fui con Levi, también estuvieron Mikasa, Eren, Sasha y Connie. Nos habíamos tomado algunas fotografías cuando estuvimos allá así que tomé mi celular y comencé a revisarlas, me había tomado bastantes con Levi. Hay una en la que yo beso su mejilla y él se sonroja un poco, se ve realmente adorable, más tarde imprimiré esta foto para colocarla en mi habitación.

El día se encuentra bastante frío, incluso por la ventana de mi habitación se logra ver la nieve cayendo por las calles. Repentinamente, algo extraño hizo que me sobresaltara; la ventana de mi habitación sonó como si alguien le hubiera dado un pequeño golpe, debe de haber sido solo mi imaginación jugándome una mala pasada.

Bajé a desayunar, mi madre no se encontraba en casa así que llamé a Levi para que viniera, me sentía muy sola, aunque... al mismo tiempo sentía que algo o alguien me seguía y me observaba, era extraño pues yo era la única en casa.

Me di un baño largo y relajante, pues era sábado y no tenía apuro alguno, me cambié sencillamente como siempre y me encerré en mi habitación. Mi ventana volvió a sonar pero esta vez con más intensidad. Me parecía extraño que Levi aún no llamara para decirme que se encontraba en camino o algo por el estilo, eso me preocupa bastante.

Pasadas unas horas se logró escuchar por fin el timbre, definitivamente se trataba de Levi. Se veía normal, su mirada era algo fría e intimidante como siempre, aunque desde hace ya unas semanas en sus ojos se nota un brillo especial, un brillo que solo yo puedo notar. El ojiverde me saludó y entró, ambos subimos a mi habitación.

—Levi... tardaste un poco, mejor dicho, bastante —dije intentando buscar un tema de conversación.

—Lo sé, y lo siento —contestó desviando la mirada— Demoré porque mis padres por fin regresaron a casa.

—Ya era hora, y... ¿Qué tal la bienvenida? —pregunté con una gran sonrisa tratando de animarlo.

—Nada fuera de lo común, en realidad me dió completamente igual. Nunca los veo, es como si dos extraños hubiesen llegado de visita —contestó con un tono seco.

—¿Sabes algo? Hoy... tuve un sueño un poco extraño —dije para cambiar el incómodo tema de conversación.

—¿Sueño? ¿De qué trataba? —preguntó viéndome con curiosidad.

—Una chica de nuestra edad me saludó de forma amigable, quise contestarle el saludo pero luego apareció un chico detrás de ella, él me interrumpió y me dijo... ¡Ah! No lo recuerdo —exclamé para luego bajar la mirada apenada— Nunca supe como eran ellos, pues el lugar en el que estábamos era bastante oscuro y no se lograba ver casi nada.

Levi solo se me quedó mirando y pude notar bastante nerviosismo en su rostro, se frotaba el brazo nerviosamente sin dejar de verme, era muy extraño verlo así.

—¿Sucede algo? —me atreví a preguntar.

—No es nada... solo que yo... también tuve un sueño —contestó— Fue bastante raro, admito que tengo un poco de miedo.

Sin pensarlo dos veces lo abracé, en el tiempo que estuvo en mi casa no nos hemos dado ni una mínima muestra de cariño, así que ya era hora. Inmediatamente correspondió a mi abrazo, y seguido de eso me dio un pequeño beso, se le notaba un poco más tranquilo.

POV Levi
Hanji logró calmarme un poco, sentía bastante temor por mi sueño, fue más bien como una pesadilla, una pesadilla que tenía mucha probabilidad de ser cierta —aunque en parte lo era.

—Cuéntamelo —dijo la castaña con una mano sobre mi hombro.

—Bueno... aquí va.

Flashback (Esta parte ocurrió en la realidad)

Isabel, Farlan y yo salíamos de la escuela como siempre, era viernes así que como de costumbre haríamos algo. Los tres decidimos ir esta vez a casa de Farlan, quien se encontraba bastante deprimido porque la chica que le gustaba no correspondió a sus sentimientos. Isabel y yo habíamos notado que la actitud de Farlan era distinta desde aquel día, se había vuelto un poco vengativo con la gente y solía encerrarse en los baños de la escuela para... cortarse los antebrazos.

Ya en su casa Isabel nos mostró unos "regalos de la amistad" que nos trajo, se trataba de unos pines con la forma de unas alas de color azul con blanco, en la parte posterior de éstos decía: "Alas de la libertad".

Chicos, hagamos una promesa —dijo la pelirroja entusiasmada.

Está bien —contestamos Farlan y yo.

No importa lo que pase, siempre seremos amigos por siempre —dijo la chica con una gran sonrisa.

Los tres nos dimos un abrazo grupal, nunca dejaremos de ser amigos. Amigos por siempre.

Luego todos los recuerdos se desvanecieron y aparecí en un extraño lugar el cual parecía una cárcel. Estaba sentado en el suelo y de pronto volvieron a aparecer ellos dos, pero esta vez ya no tenían trece años, ahora tenían mi edad.

Hola hermano —dijo Isabel— ¿Creíste que te librarías de nosotros?

Recuerda, amigos por siempre —añadió Farlan, parecía un psicópata.

Mi rostro se llenó de terror y confusión, eso significa que ellos aún están aquí.

Fin del Flashback

—Tengo miedo de que esto sea cierto —dije con algo de temor.

—No te preocupes, quizás solo fue un mal sueño, ¿Estás bien? —preguntó con preocupación mientras tomaba mi mano.

—No mucho... —contesté desviando la mirada— Tendría que distraerme un poco para olvidarlo —añadí viendo con un poco de picardía a la castaña, quien empezó a sonrojarse.

—Levi, que pervertido —dijo sonriendo— Mi madre puede regresar en cualquier momento.

—¿En serio te preocupas por tu madre? —pregunté arqueando una ceja— Vamos, ya lo hemos hecho otras veces con ella en casa, además le da igual lo que hagamos en la habitación. Vamos, sé que quieres hacerlo —añadí mientras tomaba su cintura.

—Bueno, me convenciste —contestó dejando que deposite besos en su cuello, estábamos solos en casa y debíamos de aprovechar la situación.

Poco a poco nos fuimos desvistiendo el uno al otro, esta vez estuvimos menos nerviosos de lo que imaginaba, así que según yo la pasamos mucho mejor... además de que duramos más tiempo.

Conociéndonos [Levihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora