Conociéndonos [Levihan]

Adiós para siempre

POV Hanji
—Esto debe terminar —dije ya decidida— Ya no podemos seguir soportando todo esto.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó viéndome con tristeza— Ya no podemos hacer nada, me despedí de ellos y los mandé al más allá y todo fue peor, primero mataron a Mina y Marco y ahora a mis padres —añadió con los ojos cristalizados— Mi vida ya esta arruinada y lo peor es que esto te pone en peligro.

—Tiene que haber una forma, nada es imposible —contesté viéndolo fijamente.

POV Levi
Nunca había visto a Hanji tan seria en toda mi vida, era muy raro aunque parecía realmente decidida.

Luego de unos segundos escuchamos unos gritos de desesperación provenir de la calle, ambos salimos apresuradamente y lo que vimos nos puso aún más nerviosos que antes: Yacían en el suelo dos personas, un hombre y una mujer asesinados exactamente de la misma manera en la que lo hicieron con Mina y Marco. Ambos nos encerramos en mi casa esperando lo peor, ya era más que obvio quienes habían sido los culpables.

—¡Hola Levi! —saludaba Farlan sentado en el sofá junto a Isabel, esta vez se notaban algunas cortadas en los antebrazos del castaño tal como lo hacía cuando estaba vivo.

—¿Viste lo que hicimos? —preguntó Isabel con una extraña sonrisa— Nosotros solo queremos que volvamos a ser amigos —añadió viéndome fijamente sin dejar de sonreír.

—Incluso me volví a cortar como antes —dijo Farlan mientras mostrándonos sus antebrazos— Se siente mal que un amigo no te aprecie —agregó mientras rebuscaba en el bolsillo derecho de su pantalón— Mira, ¿Lo recuerdas? Las alas de la libertad, esto demuestra que nuestra amistad será eterna —dijo mostrándome el pin con una expresión bastante siniestra.

Yo solo los miraba atónito, no me atrevía a hablarles, tenía miedo de que le hicieran daño a Hanji si hablaba.

—¿Qué te sucede, hermano? ¿El gato te comió la lengua? —preguntó Isabel mientras me miraba burlonamente- Y... ¿Cómo están tus padres?

—¡Cállate! —exclamó Hanji enfurecida mientras se acercaba a la pelirroja.

—¡Cállate tu, niña! ¡Solo eres un estorbo! —Isabel se levantó y sacó una pequeña navaja de uno de sus bolsillos dispuesta a dañarla, yo seguía en shock.

Isabel estuvo a punto de apuñalarla, pero yo reaccioné y me puse delante. Por suerte la navaja llegó a mi brazo y no a mi pecho. Oí a Isabel soltar una maldición mientras el dolor y la sangre se hacían presentes en el lugar, la herida no fue muy profunda.

—Hagamos esto más divertido —dijo Farlan mientras se levantaba del sofá— Isabel, hay que dejarlos tranquilos, mejor vamos por las queridas amiguitas de la chica.

—¡¿Qué?! —exclamó la castaña sin poder creerlo.

Pensé en Mikasa y en Sasha, estos dos idiotas les harán daño si no hacemos algo pronto. Ambos desaparecieron de mi casa y la tensión se hizo presente.

—¡Levi! ¡Debemos hacer algo! —exclamó Hanji desesperada y al borde de las lágrimas.

Yo solo me dediqué a pensar ¿Qué puedo hacer para que ellos desaparezcan? Quizás... si destruimos lo que queda de ellos en la tierra podemos lograr que se vallan para siempre...

—Tengo una idea, tenemos que conseguir combustible e ir al cementerio lo más rápido posible —dije para luego tomar dos encendedores de la cocina y entregarle a la chica uno de ellos— No me importan las consecuencias de esto, debemos acabarlo lo antes posible.

Ella solo asintió y ambos salimos rapidamente de la casa en dirección a una gasolinera, llenamos dos galones de combustible para luego tomar el autobús. Le fui explicando el plan mientras llegábamos al lugar donde yacían sus cuerpos. Ambos ya estábamos muy decididos de lo que haríamos, vamos a incinerar las tumbas sin importar las consecuencias.