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- Princesa, debe levantarse - habló Yuna con desespero - Despierte su majestad, el rey ordenó su presencia de inmediato en la sala de tronos -
La pelinegra finalmente abrió los ojos y se sentó, mirando con dos signos de interrogación posados en sus orbes, esperando más información de su parte.
- No me dieron detalles, su majestad -
Hyeyoon entendió que era lo que su padre le quiso decir hace unos días, por lo que aplaudió dos veces mientras se levantaba de su cama y las sirvientas entraron con rapidez a arreglarla.
Una vez lista, con pasos rápidos se dirigió al lugar de reunión, teniendo miles de preguntas y escenarios posibles de lo que pueda ocurrir.
Ninguno era agradable.
Las puertas del salón de tronos se abrieron al instante cuando los guardias notaron la presencia apresurada de la princesa, quien apenas puso un pie adentro sintió un desagradable escalofrío en todo su cuerpo.
Notó a sus padres sentados, mientras que a un costado estaba el rey Yang con un chico que desconocía, su altura era más baja, su cabello era más oscuro y la postura no era la que Jungwon usaba. Frunció el entrecejo y se acercó más a la zona.
- Buenos días, querida hija - saludó el rey Lee y ambos visitantes la saludaron con una leve reverencia - Lamento haber interrumpido tu descanso -
Hyeyoon visualizó el rostro triste de su madre y al rey Yang junto al otro muchacho cabizbajo, sus ojos apuntaron a los de su padre y notó también que algo no andaba para nada bien.
- ¿Esperamos al príncipe Yang antes de empezar? - consultó intentando disimular su mal gusto con el ambiente.
- Lamentamos anunciarle que por asuntos en mí reinado tuvo que marchar, su majestad - habló el rey visitante - Le presento a mi primer hijo, heredero de mí corona y de mí reino, el príncipe Yang Sejong -
El mencionado, aún cabizbajo, realizó una leve reverencia, algo que la pelinegra no dudó en devolver. Al enderezarse miró a su padre con mala gana y con un nudo en la garganta.
- Querida hija, ¿recuerdas el día de arco y flecha en el que el rey Yang y yo tuvimos que retirarnos por un asunto importante? - cuestionó y ella asintió - El príncipe Yang Sejong presenció el fallecimiento de su futura esposa, la princesa Shin Mina, quien padeció una enfermedad sin cura alguna -
- Por ello, tuvimos que adquirirnos a realizar unos cambios en el matrimonio que te arreglamos - continuó la reina Lee - El príncipe Yang Jungwon ya no podrá ser considerado como opción de ser tu esposo, ahora lo será el príncipe Yang Sejong -
