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Después que las sirvientas prepararan a la princesa para el desayuno a solas con su padre, en uno de los pasillos del enorme castillo se cruzó al príncipe Yang, se saludaron con una leve reverencia y ella pasó de largo, sin intenciones de cuestionar si su primera noche fue cómoda y si el desayuno fue de su agrado.

Pero el chico si tenía dichas intenciones.

- ¿Pudo descansar, su majestad? - cuestionó con sus manos detrás de su espalda y una pequeña sonrisa de amabilidad. La menor se detuvo y se giró en su lugar, observando en detalle el aspecto ajeno, dándose cuenta que usaba un atuendo poco extravagante a comparación de sus anteriores pretendientes que usaban ropas llenas de oro y diamantes para llamar su atención.

- Por supuesto - respondió.

- ¿Desayunó? - preguntó y la princesa lo miró con extrañeza, ya que cualquier respuesta que diga, no llevaba a un plan oculto, él ya había desayunado, por lo que invitarla a hacerlo era... imposible.

- Estoy rumbo a eso - contestó y decidió ser cortés con su visita - ¿El desayuno fue de su agrado? -

- Demasiado, de hecho, las frutas estaban frescas y el té de hierbas estuvo exquisito - comentó notoriamente satisfecho - Debo retirarme para la cabalgata -

- Puede retirarse - dijo con cierta rapidez, aunque no se sentía para nada incómoda con la pequeña charla que entablaron.

- ¿La actividad es de su gusto?, podemos cambiarlo si lo desea - intervino audazmente.

Hyeyoon sintió su garganta seca de repente, la carraspeó con elegancia y se mentalizó en no dejarse llevar por su empatía ni por su amabilidad.

- Es de mí gusto, no se preocupe por ello - aseguró - Debo retirarme, llego tarde a mi responsabilidad -

- Por supuesto, disculpe la molestia y la interrupción -

Ambos se dedicaron una pequeña reverencia y siguieron sus caminos opuestos, la princesa no pudo evitar soltar un suspiro de alivio, como si hubiera retenido el aire todo este tiempo por la tensión, pero una tensión que podía ser sobrellevada y que inevitablemente la dejaba asombrada.

Los guardias abrieron las grandes puertas que daban hacia el comedor principal y saludó con una reverencia a su padre apenas lo vió sentado en la otra punta de la larga mesa de madera oscura repleta de comida; tomó asiento con ayuda de uno de los sirvientes presentes en el lugar y comenzaron a servirle los aperitivos, junto a su té de frutos rojos, su favorito.

- ¿Te encuentras molesta? - consultó su padre, metiéndose un arándano en su boca.

- Si, sabes que odio las mentiras - respondió con franqueza - Aún así, me diste muchas señales que claramente dirigían a un asunto de atender a un pretendiente - continuó dándole un sorbo a su té - No me di cuenta y me siento molesta conmigo misma por ello, pero asumiré la responsabilidad y cumpliré la semana que demanda para compartir con el príncipe Yang -

it's you or you ლ jungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora