Despertó en medio de la calle confuso...
¿Que hace ahí?...
¿A donde va? ...
¿Porque hay tanta comida en la calle tirada? ....
Ja que raro...
Alto, alto alto Alto Alto
él no debería estar aqui... Caminando entre tanta gente
tiene una cita, o no?, est...
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El pequeño de brillantes ojos celeste y cabellera negra-grisácea estuvo largo rato con los audífonos para ver si la radio funcionaba y al parecer lo hacía, pero tenía que conectarla a otro panel para manejar las frecuencia que se intentaba conectar.
-¿Hola? ¡Hola! ¡¡HALOOOOO!! ¡Yuju!... Huh creo que no funciona- Comento Grimm aun toqueteando la radio.
-G.. Gr......... ¿tu? M.... Mmmm...- Se escuchó el ruido distorsionado de una voz al otro lado de la radio.
-¡Oh agarre algo! Eem... Si me escucha espereme un momento... ¿Cómo era para limpiar el ruido? O si se mueve esto y aquello ...y listo- Hablo el pequeño niño manipulando las manillas de la radio hasta que el sonido de distorsión y suciedad empezó a despejarse -¿Hola? ¿Me escuchan?-
-¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué tienes en la radio?! ¡¡¿DÓNDE ESTÁ MALLEUS?!!- Se escuchó la voz desesperada de un hombre al otro lado de la línea.
-¡¡ESPERA!! ¡¡CALMATE!! ¡¡NO PUEDO RESPONDER TODO ESO TAN RÁPIDO!! ¡¡TAMPOCO GRITES!!- Exclamó Grimm sintiendo que se quedaría sordo por ese griterío.
-Un momento... Esa voz... ¿Grimm eres tú?- Preguntó Lilia sorprendido de escuchar la voz del chiquillo que nunca creyó que volvería a escuchar, menos tras de este apocalipsis.
Y como no reconocerlo, cuantas veces Grimm se coló en las citas de su hermana con Malleus, por petición de su padre sobreprotector, una tactica de su suegro para vigilar que el peli-negro no se propasara con su hija, pero el astuto Malleus aprovecha que su Guardaespaldas Lilia tambien era algo meticho y lo usaba para que se llevara a Grimm a divertirse o cenar otro sitio para que tu y él pudieran disfrutar su tiempo a solas.
-Si, si soy yop ¡¡EL GRAN Y PODEROSO GRIMM!! Y yo reparé esta radio usando una radio de bus vieja de mi apa!- Exclamó el pequeño orgulloso, pero en eso se dio cuenta de que reconoció esa voz en la radio -¡Eeeeh! ¿Señor Lilia? ¿Viejo murciélago eres tú?- Preguntó el niño confundido.
-Si ¡si soy yo! Oh me alegra que estés bien... Me imagino que tu hermana y mi niño están contigo ¿Verdad?- Preguntó Lilia sintiéndose aliviado de que Malleus estuviera con seres queridos todo este tiempo, eso le da esperanza de que Silver y Sebek también están vivos
-Si... mi hermana está bañando a Tsunotarou y atendiendo sus heridas... Hace unos momentos unos hombres malos nos dispararon ¡incluso me hicieron queso, tengo un agujero en la oreja!- Exclamó Grimm llevándose por inercia una mano a la oreja herida aunque el adulto no lo miraba.
-Esos idiotas... Grimm ¿Cuantas personas mas estan contigo?- Preguntó Lilia muy serio para saber en qué situación se encuentran los chicos.
-Solo estamos Tsunotarou, mi hermana y yo...- Respondió el niño con un tono algo triste, Lilia sabía lo que significa ese tono triste en el pequeño y no ondara más en el tema.
