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Los días adquirieron un aire distinto, como si todo a su alrededor estuviera cambiando.

Para Jimin, era como abrir las páginas de un libro recién comprado: el olor a nuevo, la sensación de algo fresco, y la emoción de lo desconocido. Nadie más lo notaba, pero para él, todo parecía diferente, especialmente cuando se trataba de Taehyung.

Llevaba semanas envuelto en esa especie de juego con él, un enredo complicado que ninguno parecía dispuesto a deshacer.

— Muy bien, la galería de arte dividirá a toda la clase en parejas y diferentes técnicas: pintura acrílica, óleo, acuarela, crayones pastel, tinta china, aerografía... ¡sean creativos, mis muchachos! — El profesor les dio las instrucciones finales. — Elijan a su compañero con sabiduría y luego repartiremos las técnicas.

Al escuchar la palabra "compañero", los ojos de Jimin buscaron a Taehyung instintivamente.

Casi al mismo tiempo, Taehyung también lo miró, como si esa palabra hubiera sido hecha para ellos. Sonrisas tímidas cruzaron sus rostros, pero antes de que pudieran decir algo, ambos fueron arrastrados por la dinámica de la clase, cada quien buscando a sus amigos.

Jimin, sin embargo, no se apresuró a encontrar a nadie. Era extraño en él, siempre disfrutaba trabajar con sus amigos, pero esta vez... no quería estar con nadie. No si no era con Taehyung.

— ¿Qué haces aquí? — Jimin lo miró con falsa molestia cuando Taehyung apareció a su lado, apoyándose en la mesa con su sonrisa deslumbrante.

— Te vi solo y me dio lástima, te vengo a alegrar el día — respondió Taehyung, sin borrar esa sonrisa que tanto le frustraba y encantaba a la vez. — ¿Tus amigos te dejaron fuera?

— De hecho, estamos completos — replicó Jimin con un tono desafiante.

Taehyung fingió un puchero exagerado. — Que trabajes con el profesor no significa que estén completos —

Antes de que Jimin pudiera responder, el docente, emocionado, se acercó. —¡Chicos! Ustedes no necesitan mi ayuda, ¡pueden trabajar juntos! No han parado de hablar desde que les dije que formaran pareja, así que lo diré yo. Ustedes dos serán los primeros en elegir su técnica... Parecen una pareja muy entusiasta.

Las mejillas de Jimin se encendieron al escuchar la palabra "pareja", y el aula entera estalló en risitas y silbidos burlones.

Estaba acostumbrado a los comentarios insinuantes sobre su relación con Taehyung, pero eso no hacía que fuera más fácil.

Desde aquel primer beso, todo se había vuelto más real, más tangible, y aunque no lo admitía abiertamente, sabía que algo profundo había cambiado entre ellos.

Sentía una calidez en el pecho, un impulso de sonreír que reprimía bajo una expresión seria. Taehyung, por otro lado, no parecía afectado. Sonriendo, hojeó la lista de técnicas y eligió la más sencilla sin dudar.

— ¡Pintura acrílica! — anunció, mientras Jimin, con el corazón latiendo más rápido de lo que quería admitir, se preguntaba cuánto tiempo más podría resistirse a lo inevitable.

— Oh, joven Kim, usted siempre tan brusco, tan simple y al mismo tiempo muy preciso. Se complementa bien con la delicadeza y complejidad de Jimin, aunque sea inseguro de sus decisiones... ustedes dos llenan los defectos del otro y complementan sus habilidades.

El comentario del profesor cayó entre ambos como una sorpresa, pero algo de verdad parecía haber en esas palabras. Jimin y Taehyung nunca se habían detenido a pensarlo, pero tal vez ese sermón, que sonaba a simple molestia, significaba más de lo que creían.