Señor Nocturno Debe Morir

PRIMERA PARTE

EL ORIGEN DEL MAL, EL INTRUSO, EL AMO Y SUS COYOTES.

Registro Histórico

Camazotz, el Dios Murciélago, fue exiliado de los cielos y de los inframundos cuando desafió a sus hermanos e intentó someter a Cue, la Diosa Fundadora.

Lo hicieron prisionero en el mundo mortal, en el continente jamás encontrado por el humano, para que su olvido fuera su perdición.

Camazotz tuvo suerte de ser subestimado. El continente nuevo sería convertido en su campo de experimentos.

Como la mayoría de sus hermanos divinos, este Dios también crearía su propia raza, lo haría desde su oscura prisión y con el tiempo crearía al hijo perfecto para contraatacar a la Diosa. Este modelo superpoderoso comenzaría por erradicar el punto débil de la Fundadora: la humanidad.

Primero, para probarse a sí mismo, ideó a un ser que se asemejara a él en velocidad y agilidad, y que se le agudizaran sus sentidos en la nocturnidad. Se le llamó murciélago, y su base era una rata.

Pero el murciélago no era lo suficientemente fuerte ni lo suficientemente inteligente. Alcanzar su objetivo se complicaba cada vez más.

No fue hasta que a sus dominios desembarcaron los primeros humanos...

Camazotz aprovechó su divinidad para presentarse ante ellos como el Todopoderoso, y los disuadió para establecerse en el continente ahora encontrado, al que, por su riqueza de toda clase, llamaron Crespia.

Camazotz permaneció paciente y observó el rápido crecimiento de su nueva sociedad, y contempló impaciente el material que tenía ante sus ojos. Había mujeres y hombres de todo tamaño y color. El Dios Murciélago usaría como base para la creación de su nueva criatura a las personas más ágiles de mente, aquellas cuyo espíritu no pudiera corromperse ante la desgracia, y las dotaría con sentidos agudizados al mil por ciento, y con una fuerza descomunal como para vencer a un batallón armado.

Durante algunos siglos, se mantuvo inactivo ante la sociedad, que daba sus primeros pasos. Hasta que sus instintos lo llevaron a la ubicación de sus primeras personas bases:
Dos mujeres de espíritu valiente que se batían a duelo durante las primeras guerrillas.

"Las Primeras Hijas" fueron ellas, imperfectas para el Dios Camazotz, tan poderosas como él esperaba para su cumplir su cometido, pero aún se doblegaban ante el miedo y se inclinaban por sentir empatía hacia la humanidad.

Su hijo perfecto no debía doblegarse ante nada ni nadie.