𝐶𝑜𝑠𝑚𝑜𝑠 𝐼𝑛𝑓𝑖𝑛𝑖𝑡𝑜✰- 𝐊𝐍𝐘 𝐗 𝐑𝐄𝐀𝐃𝐄𝐑

- 8 -

Cuando el texto está así, es que están hablando inglés  :)

.ೃ࿐

Cuando llegaron a la Casa Wisteria, el cielo nocturno los recibió con una suave brisa. La luna amarilla brillaba como un faro en la oscuridad, proyectando sombras inquietantes sobre el camino. Mientras te bajabas de la espalda de Tanjiro, ignoraste completamente sus suaves protestas, principalmente porque no entendías ni una sola palabra. Pero eso no te detuvo, ¿verdad? Había cosas más importantes, como que todo tu cuerpo dolía como si hubieras hecho crossfit por primera vez... y sobrevivido de milagro.

—¡CAWW! ¡Es hora de descansar! ¡Es hora de descansar! —gritó el cuervo de Tanjiro con ese tono dramático que casi te hace reír—. Como has sufrido heridas, debes descansar hasta que te recuperes por completo.

“¿Podemos descansar? Tuve que luchar contra un demonio mientras estaba herido…” murmuró Tanjiro, con la típica expresión de confusión sincera. Era casi adorable... si no fuera por el hecho de que el cuervo seguía haciendo ese ruido raro, "ke ke ke", que te sacaba de onda.

Mientras todo eso pasaba, Inosuke se encontraba tirando del pobre pájaro.

—Vamos a comer esto —dijo con una sonrisa triunfal.

—¡¿QUÉ?!

Justo entonces, la puerta de la casa Wisteria se abrió y una anciana, que parecía sacada de esos doramas reconfortantes, los recibió con una sonrisa amable y un brillo sabio en los ojos. Zenitsu, claro, se escondió detrás de ti como si la pobre abuelita fuera un demonio en persona.

—¡Es un fantasma! ¡Es un fantasma! —gritó, temblando mientras se aferraba a ti como si fueras su único escudo contra el mundo sobrenatural.

—Parece débil —murmuró Inosuke, tocando el cabello de la anciana como si fuera un perro callejero.

—¡USTEDES DOS! ¡Basta ya! —gritó Tanjiro con una vena de desesperación, y tú, con Chuntarou nuevamente posado en tu cabeza, solo observabas la escena entre divertida y cansada. Pensaste para tus adentros: “Ah, ya recuerdo... es gracioso cómo la anciana ignora lo irrespetuosos y ruidosos que son, como si fuera lo más normal del mundo. Me encanta.”

—Adelante —dijo la anciana, guiando al grupito de cazadores hacia el interior.

Caminabas junto a Zenitsu, que seguía pegado a ti como si su vida dependiera de ello.

—Camina muy rápido —se quejaba, apretando fuertemente tu mano. No pudiste evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo, aunque más de lo segundo, porque no tenías idea de qué estaba diciendo realmente. Solo sabías que tu mano estaba siendo estrujada y que Zenitsu parecía a punto de desmayarse de nuevo.

La anciana los llevó hasta una habitación espaciosa con el suelo de tatami impecable y tres yukatas cuidadosamente colocados.

—Aquí es donde se quedarán hasta que se recuperen —dijo con una sonrisa cálida, señalando los yukatas.