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La teoría de las cuerdas es una teoría que plantea que existen universos complementarios al nuestro que comparten espacio y tiempo, pero que no podemos ver.
Y mucho menos entrar
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¿Verdad..?
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𝐊𝐢𝐦𝐞𝐭𝐬𝐮 𝐧𝐨 𝐘𝐚𝐢...
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La noche había transcurrido con una tranquilidad relativa, si ignoramos el drama de Zenitsu que siguió a Tanjiro hasta que sus gritos se volvieron parte del ambiente de fondo. Sin embargo, había un detalle que no podías pasar por alto: Nezuko no se había apartado de tu lado ni un solo segundo. Desde el momento en que saliste del futón y empezaste a practicar tu japonés en voz baja, ella te observaba con una atención casi infantil, sus ojos grandes y curiosos clavados en ti. Cada vez que pronunciabas una palabra con torpeza o acertabas en algo, ella soltaba un suave “mmm mmm” que decidiste interpretar como un "¡buen trabajo!".
Tanjiro, desde su futón, observaba a su hermana con una mezcla de alivio y sorpresa. Al parecer, tu presencia la había calmado, lo cual era algo positivo... en su mayoría.
—¡YO TAMBIÉN QUIERO VER PRACTICAR A (T/N)! —. Gritó Zenitsu, rompiendo el delicado equilibrio de paz en la habitación mientras intentaba acercarse a ti con esa expresión desesperada que tan bien conocías.
Antes de que pudiera siquiera tocarte, la mano de Nezuko salió disparada en un manotazo, bloqueando a Zenitsu con tal rapidez que el pobre chico apenas tuvo tiempo de retroceder.
—¡TANJIRO! ¡HAZ ALGO CON ELLA! ¿POR QUÉ ME MIRA COMO SI FUERA UN INSECTO? —. Zenitsu chillaba, su voz subiendo de tono mientras se escudaba detrás de Tanjiro, claramente ofendido.
Observabas la escena, divertida pero también algo confusa. No recordabas que Nezuko y Zenitsu tuvieran esta especie de rivalidad en el anime, aunque claro, tu presencia había cambiado muchas cosas.
"Uhmmm... ¿Esto pasaba así en la serie?" te preguntaste a ti misma, bueno, a cada acción una reacción...
Volviste a lo tuyo, murmurando palabras en japonés mientras revisabas el libro con anotaciones en romanji. "Bebida... Ryōri... Bebida..."
La noche siguió su curso, y eventualmente, todos comenzaron a caer rendidos uno a uno. Incluso Zenitsu, a pesar de sus quejas, se quedó dormido. Tú, sin embargo, no pudiste descansar del todo. Entre los murmullos de los demás y el leve resplandor de las lámparas de papel, tus pensamientos comenzaron a revolotear nuevamente.
"¿Cómo demonios llegué aquí?" pensabas mientras observabas el techo de la habitación. "Un mal sueño... algún tipo de alucinación... Pero es que... ¡esto no tiene sentido! Estoy en un anime. ¡Un ANIME! Físicamente, teóricamente... ¿cómo puede ser esto posible?"
A medida que tratabas de darle lógica a lo que estaba ocurriendo, el cansancio se fue acumulando y tus neuronas simplemente dejaron de funcionar. Antes de que pudieras llegar a alguna conclusión, te quedaste profundamente dormida.
A la mañana siguiente, despertaste con una escena muy peculiar. Nezuko aún estaba a tu lado, habiendo ignorado por completo las quejas de Zenitsu de la noche anterior. Al abrir los ojos, la encontraste sentada a tu lado, observándote en silencio. Sonrió apenas percibió que estabas despierta, y en un gesto dulce pero algo inquietante, acarició tu cabello.
