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La teoría de las cuerdas es una teoría que plantea que existen universos complementarios al nuestro que comparten espacio y tiempo, pero que no podemos ver.
Y mucho menos entrar
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¿Verdad..?
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𝐊𝐢𝐦𝐞𝐭𝐬𝐮 𝐧𝐨 𝐘𝐚𝐢...
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Tu mente parece estar hecha un remolino. La sala es grande, las figuras frente a ti imponentes, y aunque Ubuyashiki hable con la voz más calmada del universo, tu cerebro se siente como un meme glitchado.
—Tranquila —te dice el maestro, su voz suave y apaciguadora resonando como un eco lejano—. No estás en peligro.
Tranquila. Ja. Como si eso fuera posible. Apenas puedes procesar el japonés. Se siente como estar en un examen sorpresa de cálculo sin haber asistido a ninguna clase. Es como si tu cerebro dijera “ahí nos vemos” y te abandonara justo cuando más lo necesitas. Tratas de recordar el hilo de lo que está pasando, pero el pánico te nubla la vista.
—El cuervo ha estado observando todo, y tiene algo importante que contar —anuncia Ubuyashiki.
¿El cuervo? ¿Qué cuervo? En serio, en este punto podrías jurar que solo faltan los marcianos para completar el combo. Justo entonces, un cuervo negro aterriza cerca de Ubuyashiki, mirando directamente a ti con ojos penetrantes. El animal comienza a graznar de manera casi humana, relatando todo lo que pasó en la montaña. Que ayudaste a Inosuke, que utilizaste una resortera con la munición de las piedras cubiertas de flores de glicina machacadas, que lo hiciste a pesar de ser una simple civil.
Tu corazón se acelera aún más. ¿Un cuervo estaba espiando? ¡No, espera! ¡Este pájaro chismoso podría arruinarte la vida!
—A pesar de su condición como civil, demostró ingenio y valentía al enfrentar a un demonio —explica Ubuyashiki, sus ojos claros mirando a cada uno de los Hashira con serenidad.
Bueno, no mirando, pero ustedes saben.
Y ahí está el foco de atención sobre ti. Te sientes como una figurita rara en una vitrina de exhibición. Los Pilares te observan, algunos con curiosidad y otros con evidente escepticismo. Te juras a ti misma que ese cuervo debe ser el ave más metiche del mundo.
"Me expuso... Me dejó en ridículo enfrente de estos cazadores de élite... Como si estuviera siendo juzgada por algo que ni siquiera hice a propósito."
Notas que varios Hashira se inclinan hacia adelante. Las reacciones son variadas.
Mitsuri Kanroji, con su cabello rosa y verde, parece fascinada, casi impresionada. Está a punto de decir algo, pero se muerde los labios y sonríe, mientras sus ojos se iluminan con una mezcla de asombro y admiración.
Tomioka, quien lo había visto con sus propios ojos, no dice nada, pero sigue observándote atentamente. Aunque su expresión parece indiferente, notas un leve brillo en su mirada que indica que no ha dejado de analizarte.
Tokito ladea la cabeza, con una expresión de genuina curiosidad. A pesar de haber dejado de prestar atención desde ciertas partes de la conversación, su mente parece estar trabajando rápidamente, intentando conectar las piezas de lo que ha oído sobre ti.
