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La teoría de las cuerdas es una teoría que plantea que existen universos complementarios al nuestro que comparten espacio y tiempo, pero que no podemos ver.
Y mucho menos entrar
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¿Verdad..?
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𝐊𝐢𝐦𝐞𝐭𝐬𝐮 𝐧𝐨 𝐘𝐚𝐢...
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Tanjiro se detuvo abruptamente y se volvió hacia Inosuke mientras caminaban por el bosque. —Inosuke... (T/N)...
—¿Qué? —Inosuke lo miró con el ceño fruncido, confundido.
—Gracias. Ambos dijeron que vendrían conmigo, y me sentí muy animado —confesó Tanjiro con una sonrisa sincera.
Tú e Inosuke lo miraron, ambos estupefactos. Tú, en especial, no pensaste que te incluiría en esa conversación. Pero antes de que pudieras responder, Tanjiro continuó: —El olor retorcido y siniestro que percibí en la montaña me dejó helado. Así que, ¡gracias por estar aquí!
Le sonreíste a Tanjiro y, como si fuera algo natural, le diste una de tus ya famosas palmaditas en la cabeza, murmurando: —Pelea.
Inosuke, rodeado de imaginarias flores blancas y esponjosas, sintió una sensación extraña en su estómago. Una mezcla de curiosidad y calidez lo inundó, algo completamente desconocido para él. —No te preocupes, (T/N) —dijo Tanjiro mientras te sonreía y tomaba tu mano con suavidad—. Ni Inosuke ni yo dejaremos que algo te pase. Estás a salvo.
El breve y sincero intercambio se interrumpió abruptamente cuando los sentidos de Tanjiro captaron algo fuera de lo común. —¡Inosuke, (T/N)! ¡Vamos! —gritó, poniéndose en guardia.
Lo seguiste, y entonces... "¡Oh, Dios mío! ¡Es Murata! pensaste emocionada". "¡MurataGod en persona! ¿Me está dando un autógrafo con solo existir?"
Tanjiro se acercó al nuevo personaje. —Hola, somos los refuerzos —dijo con formalidad—. Soy Kamado Tanjiro, rango Mizunoto.
Murata parecía completamente perturbado. —Mizunoto... ¿¡Mizunoto!? ¿Por qué no enviaron un Hashira? ¡No importa cuántos Mizunoto envíen, no servirá de nada! ¡Es inútil!
Inosuke, sin previo aviso, le propinó un puñetazo a Murata en la cara. —¡Inosuke, noooo! —intentaste detenerlo, pero el caos ya se había desatado.
Tanjiro intervino rápidamente, deteniendo a Inosuke, aunque aún tenía un mechón de cabello de Murata en la mano. —¡Inosuke, por favor, no le pegues! ¡Y (T/N), deja de reírte y ven a ayudarme!
—¡CÁLLATE! —rugió Inosuke, tironeando el pelo de Murata como si fuera una palanca de cambios—. ¡Tu existencia misma no tiene sentido!
Murata se resistía, pero entre tirones de pelo y forcejeos, comenzó a explicar la situación. Sin embargo, tú ya te habías desconectado mentalmente de la conversación. Hablaban demasiado rápido en japonés, y empezabas a tratar de recordar cómo iban a suceder las cosas según el canon. "Diablos... si me entrometo, me voy a meter en un lío monumental."
