SAVE ME

둘.

Las ramas del árbol de cerezo bailaban libres, el pájaro que salía de su nido despegaba con la seguridad que su madre le brindaba de lejos, todos parecían ser libres a excepción de el, lamentablemente hoy era el día dónde pasaría a manos de un alfa, la suave brisa lastimaría sus ojos si lloraba, si su madre lo viera llorar seguramente llegaría a el para proporcionarle un fuerte golpe no quería arruinar el trabajo que hizo su madre.
Odiaba las reglas, aquellas puestas por los antiguos líderes, donde indican que debían usar un manto blanco transparente, uno que no cubre absolutamente nada, Namjoon agradecía a su madre al ponerse la tela que cubría su intimidad.

Veía a todas la omegas vestidas igual que el, solo que ellas no cubrían nada de su desnudes, tal vez era para llamar la atención de los alfas.
Si mal no recuerda eran al rededor de veinte.
Namjoon siguió observando a los pájaros volar, ignorando por completo las miradas de los alfas, dichos hombres y mujeres no despegaban las vista de el.
Se sentía expuesto por todas las miradas, no estaba acostumbrado a ese tipo de atención, normalmente nadie lo notaba, el y su madre vivían un poco lejos, dónde vivían todos los antiguos guerreros, también sentía la mirada juzgona de las omegas, río un poco, ni mostrando toda su desnudez los alfas las notaban.

Namjoon era uno de los pocos omegas varones, ver a un Omega hombre era muy raro, las antiguas lenguas siempre decían que el Omega que naciera hombre tendría una pequeña bendición, algo que Namjoon dice confirmar. El viento empezaba a enfriarlo, no vio a los lideres, por ley ellos daban el inicio de la carrera.

Cómo si su boca fuera bendecida llegaron.
Las omegas chillaron al ver al alfa líder, por lo que vio Namjoon, vestia igual que los alfas, la misma manta blanca solo que el tenía un cinturón y si cubrían su parte íntima.
Los alfas estarían más arriba que las omegas, todas las omegas debían salir antes para tener ventaja de los alfas. El antiguo líder y su familia subieron un poco para poder hablar y que todos lo escucharan —Hoy es el día que nuestro líder escogerá a una Omega, prepárense todas que una de ustedes podría ser la Omega Lider—

Todas empezaron a saltar, se sentían muy emocionadas, Namjoon lo ignoró, conocía un poco al alfa líder, nada bueno, siempre lo vio salir de las casas de las omegas viudas o incluso de la manada de omegas. El alfa era un mujeriego con toda la extensión de la palabra, Seokjin era un alfa bueno,  no haría tal cosa, si llegara a estar con el alfa líder está seguro que incluso casados este le sería infiel y eso solo dañaría a su familia.
Pero al parecer a las omegas no les importaba que el alfa se haya acostado con todas ahí.
No presto atención a lo que decía dicho alfa, no le interesaba nada.
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Vio como su padre estaba hablando con sus hermanos y su madre.
A su olfato llegó un olor único, un olor muy suave, pero había algo que lo tapaba, era, olfateo en busca de más. Muchas omegas estaban ahí, mirándolo con amor. Sonrió victorioso, podía reconocer a una que otra de sus aventuras de una noche.

Siguió buscando de dónde venía aquel placentero aroma, cerró los ojos buscando ayuda en su lobo, sintió el gruñido de su lobo al ser despertado pero rápidamente se unió a el para buscarlo, después de ver a uno y otra omega llegó hasta alguien en especial, era un omega varón, de los pocos que había tal vez solo existían dos o tres.

El omega o eso creía porque su aroma era tenue, intento oler más pero era opacado por la flor que adornaba su cabello rubio, aquellos cabellos un poco largos resaltaban muy bien la flor, conocía esa flor, no florecía en muchos lugares y requería un cuidado especial.

—Clemátide— repitió, aquella flor era tan linda que le hacía juicio al pequeño rubio.

El alfa necesitaba mirar al omega, necesitaba memorizarlo bien. Ignoro cuando su hermano le habló, quería llamar la atención del muchacho pero no volteaba, solo lo miraban omegas que no quería ver.