SAVE ME

다섯

Jung Hoseok, un alfa puro, dominante e inteligente, a sus treinta y ocho pudo obtener mucho más que los alfas de su edad, fue escogido líder gracias a un enfrentamiento a sus veinte años. Lo que quería lo obtenía, llevo a su familia a una mejor vida. El podía tener lo que querían los demás.
Cuando cumplió treinta años sus padres siempre insistían en que debía buscar una omega, para así poder seguir con el legado.
Realmente Hoseok no esperaba encontrar a una omega, para el alfa aún no era momento.

Solo tenía un problema siempre buscaba omegas de una noche, una noche oscura llegó un grupo de omegas que al perder a sus alfas buscaron ayuda en otras pero nadie quería a un grupo débil. Aquella noche se acostó con la omega del líder de esa manada, con la buena mamada que le hizo aceptó, su pueblo jamás cuestionaba sus órdenes.
El haría todo por su pueblo, noches después otras omegas se le ofrecían y quién era el para negarse, amaba pasar de cama en camas, nada podía salir mal, siempre le dio mates especiales a las omegas para no tener hijos y el siempre usaba aquel bolso delgado para no contraer algo maligno.

Para Hoseok tener a diferentes omegas en su cama no era novedad, incluso su propia familia lo sabía. Todo cambio cuando una de ellas llegó a su casa reclamando que debería ser la omega líder, la misma omega con la que se acostó en la llegada de la manada, agradece que nadie del pueblo hubiera escuchado eso, metió a la omega a rastras, su familia no dijo nada simplemente dejo que el líder lo resuelva.
—Que quieres aquí, fui muy claro contigo— grito, no quería que su reputación fuera dañada, pensó que algún día tendría que buscar un omega con quién casarse.

—Yo debo ser la omega líder, siempre vienes a mi cuando estás angustiado. Puedo cargar con tus hijos, te daré todos los que quieras pero quiero una vida buena, quiero miles de betas atendiéndome, no quiero mover ni un solo dedo y también debes desechar a todas las omegas con las que te has acostado— Hoseok quedó asombrado, no conocía las normas de otras manadas pero en la suya el omega siempre se hacía cargo de la familia y el hogar.

—Mira Soh-...— olvidó su nombre pronunciando solo las primeras letras —Yo solo te use para vaciar mi semen en alguien. No vengas hacer un escándalo en mi presencia, además las cosas no funcionan así. Eres solo una invasora en MI aldea, jamás estaría con alguien que a estado con millones de alfas— Si, Hoseok también sabía que los alfas buscaban a las omegas para usarlas.
Su madre omega llegó, principalmente para averiguar si la mujer seguía ahí pero sorprendida la vio aún —Madre, mi alfa no quiere hacerce responsable de nuestro cachorro— se lanzó al los pies de su madre, llorando inesperadamente. Hoseok estaba frustado, jamás conoció a omegas así, siempre dejaba en claro que era sexo lo que buscaba.

La Omega mayor la miro, no entendía el porque de sus acciones pero no sé quedó cayada —Mira omega, en nuestra aldea las cosas no funciona así, si estas preñada no es de mi hijo, e visto que muchos alfas entran al hanok que ustedes utilizan. Se decente y deja de humillar a mi hijo. Y tú Hoseok es mejor que dejes a todas estas rameras y busques a una de verdad y que sea de nuestra aldea y no a una de estas.

La omega siguió llorando pero a los Jung no les importó, Hoseok cansado de los chillidos de la omega la llevo a hanok donde vivían con las otras —Soy el líder de está manada y pido a todas ustedes que se marchen, gracias a está omega— la alzó del brazo para mostrarla a las demás —mi aldea ya no quieren extraños viviendo con ellos y más con omegas que se meten con nuestros alfas ya enlazados—
Hoseok había tenido muchos casos de omegas engañadas, al principio declaro que sí eso pasaba las omegas podían permitir volver a casa de sus padres y rechazar la marca de apareamiento, los alfas protestaron, ninguno quería separarse de su omega y más al tener una marca rota, Hoseok no escucho y proclamó que acto de infidelidad el alfa tendría que cuidar la manada desde las fronteras de la aldea. No era seguro pero ellos merecían algo así.

Hoseok como quería seguir acostándose con ellas (porque era soltero) no las desterró, todo seguía normal hasta que esa omega llegó a el, cuando dijo aquello todas se acercaron a el pidiendo, casi suplicando que no le hagan eso, las otras manadas solo las utilizaban y por supuesto Hoseok lo sabía, una pequeña parte de ellas eran madres de cachorros.
Los pequeños cachorros lloraban por ver a sus madres angustiadas, casi la mayoría de ellas se arrodillaron a el pidiendo misericordia. Hoseok no podía hacer mucho, su pequeña aldea no necesitaba de omegas pero sentía un poco se lástima por los cachorros, muchos de ellos podían ser alfas, el podía entrenarlos y ser una tribu amplia.

Fue hacia el consejo, ellos eran viejos realmente no les importaba la llegada de las omegas pero era hora de usar su sabiduría, con una reunión muy larga quedaron que las tendrían en una área alejada, dónde ningún alfa podría entrar ahí, prácticamente hicieron una muy pequeña aldea para ellas.

Después de aquello no quiso buscar más sexo, Hoseok debía pensar en su futuro, se estaba haciendo viejo y debía seguir con el linaje de la familia Jung.
El tiempo de la carrera de apareamiento llegó, por primera vez el líder participaría.
Hoseok escucho como unos alfas hablaban de un omega, al principio pensó en el lindo rubio que llamo su atención, Hoseok era un alfa sabía de los deseos más bajos de los suyos y claro está que el era uno de ellos, pero el pequeño omega no era como aquellas omegas fáciles de conquistar.
Por primera vez su lobo apareció, al no tener contacto con el se dejó guiar, siempre el lobo era sensato jamás cometería errores y Hoseok dejo que el tomará el control.
Su lobo era aún más inteligente y calculador que el, el feroz lobo le gruño al no querer ayudar al pequeño rubio, al lindo clemátide.

Fue entonces donde cayó encuentra que estaba peleando con uno de los lobos, su animal sabío mordía al lobo café, no sabía que pasó exactamente pero no era nada bueno que estuviera peleando y más al ser alguien de su misma aldea, quiso parar pero su lobo gruño, no quería verse débil ante el otro alfa. Hoseok vio a sus padres y a uno del consejo, no sabía muy bien quien era pero no podía detener la pelea.

No hasta que oyó un grito, su lobo dejo tirado al otro y se acercó al Omega bonito, al parecer tenía una mordía de pertenecía, Hoseok no podía creer que se había metido en un enlace, pero su lobo lambió la marca, el líder pensó que el otro se le acercaría y cortaría su cuello por tocar a su omega pero solo lo miraba gruñendo hacía el, su lobo cargo a clemátide y lo llevó a su propio hanok.

Fue entonces que entendió todo —Dijiste que lo ayudaríamos pero no de esa manera— protesto, el pensó en ayudar al omega olvidando por completo marcar a una de ellas —Fui inteligente y lo tomé— Hoseok con toda la voluntad del mundo tomo el control.
El bonito omega parecia dormir pero el gran moretón rojizo le decía que no curo bien la herida, maldijo, debía actuar rápido.
Posicionó a su ahora omega entre sus piernas, expuso su cuello para tener más libertad, lamió suavemente para curar bien la herida, al estar ya curada lo volvió a dejar en su cama, tocó su frente al parecer estaba ardiendo, Hoseok no sabía que hacer, no quería ver morir al bonito clemátide por su culpa, y como si la diosa luna lo escuchará, su madre ingreso con ungüentos y jarrones con agua y muchas mantas limpias.

—Escogiste muy bien Hoseok.

Su madre se encargo de limpiarlo y dejarlo estable —entró en celo, se presentó como omega pero aún no puedes atenderlo, su cuerpo debe acostumbrarse, deja salir tu aroma así se sentirá mejor—
Cuido de el por algunos días, soltando su olor para calmar su celo. Ocasionalmente se acostaba con el para dejar marcado su aroma en las mantas.

Una mañana lo dejo un momento para comer, su estómago no había probado un solo bocado en los días que estuvo con el.
Cuando regreso no lo vio, el ventanal estaba abierto, rápidamente llamo a sus padres, pensó que el omega no sabía dónde estaba y seguramente fue donde su madre.
—Es hora de hacerte responsable Hoseok, debes pedir el permiso correspondiente y cortejarlo— Hoseok no tenía problema con ello, el omega era de su manada, era bonito, joven y puro podría cargar con sus cachorros sin problemas.