Señas | Kylia

Capitulo 8.

Faltaban solo dos días para el domingo, pero a Malia le pareció una eternidad. Había pasado todo el sábado por la noche molestando a Ivory y Eithan con preguntas. Estaban felices por Malia, y un poco satisfechas de que tuviera una cita real con Kylie.

Kylie tuvo que ir a la oficina para terminar un trabajo, por lo que Malia le dijo que la vería alli. Eran poco más de las cuatro cuando Malia entró en K-Corp. La chica de recepción levantó la vista cuando Malia camino hacia ella.

— ¿Señorita Baker? — preguntó ella, continuando cuando Malia asintió. — La señorita Kylie nos ha ordenado que la dejemos ir directamente, su oficina está en el último piso.

Una vez que Malia llegó al piso superior, salió a una pequeña sala de espera. La recepcionista detrás de este escritorio también levantó la vista.

— ¿Señorita Baker? — ella preguntó. Malia sonrió y se acercó. La mujer se levantó. — Por aquí, por favor. — condujo a Malia por el pasillo, abriendo la puerta al final. — La señorita Baker está aquí para verla, señora. — dijo la mujer, abriendo la puerta para que Malia entrara en la oficina de Kylie. Estaba sentada detrás de su escritorio, sus dedos presionados contra sus sienes mientras miraba la pantalla de su computadora. Levantó la vista hacia Malia cuando entró, con una amplia sonrisa en su rostro. Malia se alegró de ver que Kylie había seguido su consejo y se había vestido casualmente para su cita.

— Gracias, eso será todo. — se dirigió Kylie a su asistente, mientras caminaba alrededor de su escritorio. Malia le tendió el ramo de flores que llevaba, sonriéndole a Kylie.

— ¡Plumerias! — Kylie exclamó, mientras tomaba las flores. — Son bastante raras, ¡Muchas gracias! — las dejó sobre su escritorio mientras Malia escribía en la pizarra.

"No quería conseguirte flores ordinarias cuando no eres para nada ordinaria".

Kylie se sonrojó, sonriendo ampliamente mientras agachaba la cabeza con timidez. Malia hizo un gesto hacía la puerta, ansiosa porque comenzaran su cita. Parecía que Kylie había tenido un día estresante en el trabajo hasta que Malia apareció. Además, ya que estaba en la oficina un domingo, Malia pensó que Kylie trabajaba demasiado.

— Déjame agarrar mi abrigo y mi bolso. — dijo Kylie, caminando hacia un armario empotrado. Se puso el abrigo y deslizó el bolso sobre el hombro. Al abrir la puerta, hizo un gesto a Malia para que fuera primero, siguiendola.

— Me voy ahora, Clara, te veré mañana, que tengas una buena noche. — dijo Kylie cuando pasaron junto a la recepcionista y subieron al ascensor. Estuvieron en silencio durante todo el viaje, mirándose furtivamente y sonriendo tímidamente cuando se encontraron. Los dedos de Malia estaban ansiosos por alcanzar y tomar la mano de Kylie.

Salieron del ascensor y Kylie se despidió del personal de la recepción mientras caminaban hacia la entrada. Una vez afuera, Malia señaló en la dirección en que se dirigían. Se sintió aliviada de que las cosas con Kylie iban bien hasta el momento, le había preocupado que pudiera haber habido cierta incomodidad.

Sintiéndose valiente, Malia entrelazó sus dedos con los de Kylie, haciendo que esta la mirara sorprendida, sus labios se arquearon en una pequeña sonrisa.

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Malia se detuvo frente a una sala de juegos, con las ventanas cubiertas de carteles para juegos como bolos, air hockey y laser tag. Se enfrentó a Kylie, con las cejas levantadas y las manos extendidas en un gesto de "¿Qué te parece?" Kylie se echó a reír.

— Dijiste que iba a ser cursi y cliché, pero es perfecto.

Entraron y Malia inmediatamente arrastró a Kylie hasta la bolera. Cambiando sus zapatos por unos especiales y se dirigieron a su carril.