La primera semana en casa fue agotadora para las dos.
Kylie hizo todo lo posible para asegurarse de que Malia estuviera cómoda en todo momento, y era demasiado terca para aceptar ayuda, excepto de Ivory. Ella insistió en que podía hacer todo sola. Y así lo hizo.
Ivory llegó a la hora del almuerzo y les trajo café y donas.
Al final de la semana se habían acostumbrado a una rutina, finalmente encontraban su ritmo. Nunca pelearon, pero durante esa semana, los ánimos estallaron en ambos lados. No por enojo a la otra, sino a si mismas, por no poder hacer las cosas correctamente.
Malia se enojaba porque no podía caminar, no podía ir al baño sola, no podía vestirse sola. Todas las pequeñas cosas que siempre hacía en su vida diaria.
Kylie se frustraba por miedo no a poder llevar a Malia al baño correctamente; preocupada de que la estuviera lastimando mientras medio la acercaba hacía el baño. Se enojaba cuando Malia sufría, culpándose por ello.
Mientras le habían quitado los clavos y se habían curado sus huesos, todavía había mucho dolor. Tardaría un tiempo en desaparecer. Ella hizo todo lo posible para no mostrarlo, sabía cuanto le preocupaba a Kylie, pero a veces le dolía todo el cuerpo. Excepto por sus piernas, era como si ni siquiera estuvieran allí. Por la noche, se quedaba despierta observando a Kylie dormir hasta que la medicación para el dolor hacía efecto y podía quedarse dormida.
El primer viernes en casa, Eithan insistió en una noche de juegos. Había pasado demasiado tiempo desde que todos habían estado juntos y discutían sobre quién estaba ganando en el monopolio. Especialmente desde que Kylie se había ido por un tiempo, y ella era el objetivo principal para que todos se unieran.
Ivory y Leonor llegaron primero, llevando media docena de juegos de mesa cada uno mientras entraban. El único juego que Kylie tenía en su departamento era el ajedrez, porque era uno de los pocos juegos que se podían jugar estando sola.
— Hola ustedes dos. — Ivory sonrió mientras caminaba hacia los sofás. Ella y Leonor dejaron los juegos en la mesa de café y le dieron un abrazo a Malia, le sonrieron a Kylie, sabiendo cómo se sentía con los abrazos. — Eithan va a traer la pizza en el camino de su trabajo. — dijo Ivory, poniéndose cómoda.
— ¿Quieren algo de tomar? — preguntó Kylie, levantándose y caminando hacia la cocina. — Tengo vino, y tengo cerveza de la que les gusta. — dijo por encima del hombro mientras sacaba una botella de vino.
— ¿He mencionado cuánto me gusta tu apartamento? — Leonor preguntó, caminando hacía la cocina para tomar una cerveza.
— Como mil veces. — gritó Malia, dejó escapar una risa ahogada mientras intentaba aclararse la garganta.
Ivory le sonrió a su hermana, su rostro lleno de asombro. Eran hermanas en todos los sentidos de la palabra, habían sido familiares durante trece años, pero ella nunca había escuchado una sola palabra ni se habia reído de Malia en ese momento. En los últimos dos meses, cuando Malia comenzó a pronunciar lentamente sílabas completas, Ivory se lleno de asombro. Pues su pequeña hermana podía hablar.
Su voz todavía era aspera, y Kylie todavía la ayudaba con sus ejercicios vocales todas las noches, pero la voz de Malia le quedaba bien. Era burbujeante y excitante, se adaptaba perfectamente a su personalidad optimista. Cada vez que hablaba, todos se detenían a escuchar, apreciando el sonido de cada palabra.
— ¿Ivory? — llamó Kylie, sosteniendo la botella de cerveza.
— Ugh... Si gracias. — gruñó Ivory. — Ha sido una semana difícil.
Kylie sacó el corcho y sirvió una copa grande de vino, ella sabía lo difícil que había sido esta semana. También compró una lata de refresco para Malia, ya que, no podía mezclar alcohol con sus analgésicos. Llevando las bebidas, se sentó junto a Ivory y sorbió su copa de vino.
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Señas | Kylia
FanficCuando Malia tenía 12 años sufrió un accidente automovilístico en el que lamentablemente fallecieron sus padres. Desde ese día no habia dicho una palabra. Trabajando como bibliotecaria en Seattle, Malia conoce a Kylie Cantrall, y por mucho que quier...