Rebeldia, escape, libertad...

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Ashlyn, sin aliento, se apoyaba contra la fría pared del tejado, aún sin comprender cómo había llegado a ese punto ni por qué ese extraño la había ayudado. El viento despeinaba sus mechones sueltos, pero su mente estaba completamente enfocada en las palabras que no había recibido. ¿Quién era él? La pregunta rondaba como un eco, sin respuesta alguna.

Aiden, por otro lado, calculaba cada movimiento. Sabía que los guardias no tardarían en registrar cada rincón del tejado, y aunque no planeaba involucrarse más de lo necesario, la situación había cambiado cuando vio la resolución en los ojos de Ashlyn. Saltar habría sido su sentencia, y aunque no era alguien que solía meterse en los problemas de los demás, algo en ella le había hecho reaccionar. Quizás fue la misma necesidad de escapar que él había sentido tantas veces.

—Si quieres seguir viva, haz lo que te digo —susurró al fin Aiden, sin mirarla, mientras evaluaba la distancia hacia el siguiente edificio.

Ashlyn, acostumbrada a órdenes, frunció el ceño. Pero esta vez era diferente. La voz de Aiden no era autoritaria, sino práctica. No había juicio, solo un plan. Ella asintió, aunque aún desconfiaba.

—Necesitamos distraer a los guardias, y el único camino es hacia abajo, no hacia adelante —agregó Aiden, mientras su mirada seguía el borde del tejado que conducía a una escalera de incendios.

Los guardias se acercaban, sus voces resonando entre las vigas de hierro. Ashlyn pudo escuchar fragmentos de sus conversaciones, sabiendo que si la atrapan, su madre la encerraría para siempre.

Aiden POV

Las cosas se estaban complicando. Nada de esto me incumbía, pero dejar que esa chica saltara no estaba en mis planes, al menos no mientras yo pudiera sacarle algún provecho a la situación. Esos brazaletes y esa peineta, eran pistas claras de que no era una cualquiera. ¿Qué hacía alguien así corriendo, cómo si su vida dependiera de ello?

Los guardias ya casi estaban sobre nosotros. No había tiempo para pensar demasiado. Señalé la escalera de incendios a mi izquierda.

—Baja rápido, yo me encargo de ellos —dije con firmeza mientras sacaba una pequeña navaja del bolsillo de mi sudadera.

Ella dudó, lo noté en sus ojos. Quizás pensaba que yo tenía algún motivo oculto. Y no estaba del todo equivocada.

Confía en mí o no, pero si te quedas aquí, ellos te encontrarán —añadí, lanzándole una mirada antes de moverme hacia los guardias.

Ashlyn, aunque desconfiaba, tomó la escalera de incendios. Mientras bajaba con agilidad, yo avancé hacia los guardias, procurando hacer suficiente ruido para que no la escucharan.

Narrador omnisciente

Ashlyn descendía por la escalera con una mezcla de adrenalina y miedo. El frío metal quemaba sus manos, pero se negaba a detenerse. A sus espaldas, escuchaba los pasos de los guardias, deteniéndose, distraídos por los ruidos que Aiden provocaba deliberadamente.

Cuando sus pies tocaron el suelo, no se detuvo. Debía seguir adelante. La libertad estaba tan cerca que casi podía saborearla. Pero en el fondo, sabía que aquel desconocido, Aiden, había cambiado el curso de su destino.

Mientras Ashlyn se alejaba del edificio, Aiden se enfrentaba a los guardias con astucia. No buscaba pelear, solo retrasarlos. Cuando uno de los guardias lo vió, lanzaron órdenes para capturarlo, pero Aiden ya tenía su ruta de escape planeada. Saltó hacia el tejado contiguo, desapareciendo antes de que pudieran alcanzarlo.

Aiden sonrió para sí mismo, sabiendo que su participación en esta historia no había terminado. Ashlyn Banner no era solo una joven con joyas; había algo más en ella. Y estaba dispuesto a descubrir que era.

Desde la distancia, Aiden observó cómo Ashlyn se alejaba, aun sin saber que, aunque había escapado de su casa, la verdadera caza acababa de comenzar.

———No sé qué estoy haciendo con mi vida ¿ok?———

Do you love me?-AidlynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora