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LA MELODÍA

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LA MELODÍA.

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Los libros se tambalearon y movieron de un lado a otro en hilera en las manos de Hinata, pero él no se preocupó, dando zancadas largas con un brinquito al cambiar de pierna y pisar el suelo. Hanyu le agradeció con una sonrisa, ella tenía que mover libros de un salón a la sala de música por orden de un profesor y Hinata se había ofrecido ayudarla luego de ver cómo se estrellaba contra la pared al intentar avanzar con la pila de libros en brazos que le cubrió la visión.

— Agh, Kageyama ya se las memorizó y yo aún no puedo hacerlas bien — se quejó. La conversación de las señas volvió aparecer como en los últimos dos días, donde el equipo se esforzó por memorizarlas. Hinata era de los que más problemas tenía para ello.

— ¿No estas nervioso? — le preguntó ella por medio de señas.

Aunque era terrible memorizando, Hinata entre cerró los ojos, su cabeza trabajando, luego la dejó caer de costado.

— ¿Nervioso? — inquirió con duda, cuando ella asintió, las encías de Hinata se revelaron, pomposo por lograr entender el lenguaje — Estoy muy feliz y entusiasmado, pero también... bueno, sí, un poco nervioso...

Aunque las preliminares están muy cerca, cada uno de ellos se ha esforzado por mejorar que no sienten la presión hundirlos. Ni siquiera ella se ha sentido miserable. De hecho, cuando está junto a ellos, siente que una cobija la envuelve y la protege.

Sacó su teléfono, escribiendo lo que el poco conocimiento de Hinata no entendería en lengua de señas, ni siquiera ella sabía aún expresarlo del todo.

— Lo harás bien, solo tienes que volar como siempre.

— Claro que sí, voy a derribar el muro que se levanta frente a mi. — exclamó Hinata, echando un puño al aire. En el teléfono, las palabras se escribieron con un signo de admiración.

Se recordó a sí misma, en clases de piano, soñando. Un mundo de fantasía que la ayudaba a escapar de la realidad.

— Ojalá yo pudiera hacerlo — escribió en el teléfono, sus dedos temblando.

SILENT (Tobio Kageyama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora