Apenas llego el fuego a la punta, lo tiró al suelo, aplastándolo con el pie justo cuando doblaba la esquina. No le gustaba fumar, de hecho, lo detestaba: La quemazón en sus pulmones y el amargo sabor en su boca eran un recordatorio constante de que, en momentos como este, ese pequeño vicio momentáneo lograba calmar a su lobo.
Tres días...
Tres largos días ya habían pasado desde que Guillermo había entrado en celo. Y a pesar de que el instinto le gritaba que debía correr hacia "su omega", la nicotina parecía darle el respiro necesario para evitar que su lobo lo arrastrara de vuelta de inmediato.
Guillermo...
Guillermo, Guillermo, Guillermo.
Aún podía sentir el calor de aquella mañana cuando vio aquel joven cachorro de apenas 17 años entrar a su oficina. Era un adolescente torpe e inexperto, cuya mera presencia en su vida había sido una fuente constante de frustración.
Guillermo había sido la encarnación de la imperfección: desordenado, inseguro y con una actitud que a menudo rayaba en la desesperación. El sentimiento de desprecio y repulsión se atoraba en su garganta al pensar en cómo ese joven desaliñado y sin rumbo había logrado desmantelar todas las barreras que él había levantado durante años para protegerse de la vulnerabilidad.
Ese estúpido cachorro testarudo, había hecho todo lo posible por quedarse en su vida, incrustándose como una espina en su garganta. Manuel había pasado de detestarlo a tolerarlo, y, sorprendentemente, había terminado amándolo.
Amar. ¿Era eso lo que sentía por Guillermo? ¿Amor? O quizá era algo mucho más profundo, algo tan perfecto que no bastaban las palabras para describir lo que sentía.
Moldear a Guillermo había sido tortuoso para ambos; con mano firme y una exigencia despiadada, presionó al omega más allá de sus límites. Cada crítica, cada palabra dura, cada mirada de desaprobación eran partes de un meticuloso plan de transformación. Manuel, como un escultor implacable, despojó a Guillermo de sus imperfecciones para convertirlo en el socio ideal para sus ambiciones y —ahora— en el esposo a su medida.
Habían sido siete largos años de lucha. Siete años en los que Manuel moldeó, presionó, e incluso quebró a Guillermo, todo con la intención de que se convirtiera en ese hombre que él deseaba. A ojos externos, había ido demasiado lejos, pero todo lo que había hecho había sido necesario.
Su matrimonio no había comenzado como una historia de amor. En un entorno donde los alfas frecuentemente terminaban de manera violenta por ajustes de cuentas o simple envidia, casarse era el contrato más seguro para proteger sus acciones y negocios. ¿Y qué mejor opción que aquel a quien había moldeado a su imagen y semejanza? Además, siendo Guillermo un omega, eventualmente podrían tener sucesores que se encargaran de todo cuando fueran ancianos. Un acuerdo pragmático, frío y calculado.
Entonces, si todo había salido a su favor, ¿Dónde carajos estaba su final feliz?
En medio de su obsesión por proteger sus activos y su legado, Manuel cometió el error más profundo de todos: se enamoró de Guillermo, pero Guillermo no lo amaba. Esa era la frustración que lo carcomía.
Después de todo lo que había hecho por él, después de todo lo que habían construido juntos, Guillermo era inalcanzable. Claro, Guillermo estuvo de acuerdo de inmediato, comprendiendo la lógica del trato. Ambos podían confiarse la vida mutuamente, y eso no era suficiente para Manuel. Quería más. Quería su amor, su devoción. Quería que Guillermo lo viera como algo más que un socio o un simple seguro de vida.
Manuel lo tenía todo y, a la vez, no tenía nada.
Guillermo era suyo, pero no de la manera en que Manuel lo deseaba. Su matrimonio, aunque perfecto en papel, no podía ser revelado al público. En un mundo donde las relaciones entre alfas y omegas poderosos debían mantenerse bajo un estricto código de apariencias, mostrarse como una pareja les haría vulnerables a sus competidores. Así que, lo que podría haber sido un triunfo personal y profesional se convertía en una relación oculta, algo que solo ellos dos conocían y protegían con una fría distancia. Manuel no solo deseaba una unión que pudieran compartir sin restricciones, si no también una familia.
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Perfecto [Mechoa]
FanfictionPorque no importaba cuanto se esforzaba, Guillermo nunca sería perfecto, o quizás sí, pero solo a travez de los ojos de Lionel. ¿Pero a caso era lógico volverte a sentirte amado por alguien que te mato en un principio? Omegaverse Memo/Omega & Lion...